Francisco Tornay

siglo XX El archivero realizó una gran labor durante muchos años, casi sin medios, para recopilar la historia de cada calle de La Línea

Francisco Tornay
Francisco Tornay
Luis Javier Traverso

26 de julio 2015 - 01:00

EL Salón de Plenos del Ayuntamiento de La Línea de la Concepción acogió ayer sábado a las 12:00 de la mañana un Pleno extraordinario en el que se nombró Hijo Predilecto de la ciudad, a título póstumo, a Francisco Tornay de Cózar, y una vez finalizado el Pleno se procedió a la inauguración de su calle, Historiador Francisco Tornay de Cózar. Hay que dar las gracias a José Luis Fernández con su grupo de Facebook Historiador Paco Tornay, que en todo momento estuvo reivindicando que se le dedicara una calle, así como a la nueva Corporación por hacerle Hijo Predilecto. Todos los que lo conocimos estamos de enhorabuena, ya que por fin se le ha reconocido la gran labor histórica que hizo por La Línea y por el Archivo Histórico de la ciudad. Una labor de muchos años, realizada casi sin medios económicos ni materiales, algo que supo suplir con su tesón, dedicación y amor a La Línea, y que gracias a ello, a los que nos gusta la historia de nuestra ciudad, tenemos un lugar donde poder consultar infinidad de documentos, artículos, periódicos antiguos y fotografías.

Francisco Tornay escribió varios libros, entre ellos La Línea de Gibraltar, 1730-1810 o Gibraltar y su prensa, así como varios trabajos para la revista Almoraima, como Una Cultura Hortelana, La Línea y Gibraltar, puentes de la emigración; Cien años del ferrocarril Algeciras-Jimena o La navegación a vapor y el puerto de Gibraltar. También fue articulista en el diario Área, en el que realizó sus Radiografías Linenses.

Para Paco las calles encerraban parte de la historia de las ciudades, las cuales esconden a través de los años la historia en sus cambios de nombres, en las nuevas edificaciones que modifican sus estructuras y hasta su alineación, cobrando un aspecto diferente. A veces, en el cambio de un comercio, ¡había que investigar! Tornay supo encontrar el testimonio gráfico, buscando y rebuscando en archivos de amigos, que daban un sabor añejo y en muchos casos añorados de lo que La Línea fue en sus comienzos y en sus primeros años de vida. Calles arenosas, pequeños establecimientos, con nombres familiares y muy populares, quizás puestos por la propia clientela y no por sus dueños.

Este buceador incansable en el fondo profundo del recuerdo, cuando inició las 'Radiografías de las calles linenses', esas calles que nunca hablan, era consciente de los obstáculos que se le presentarían y que tendría que solucionar sin ayuda de nadie. Por tanto, partió en esta labor desde el punto cero. Tanto por su edad, como por los elementos de juicio a su alcance, su información pecaría de deficiente, a veces errónea y siempre discutible. Para paliar ese mal, muchos linenses, todos de edad avanzada, se brindaron a orientarle proporcionándole datos, anécdotas, fotografías y periódicos antiguos que recogió como un tesoro inapreciable. No pudo evitar que pese a la buena voluntad de sus informantes se produjeran lagunas e interpolaciones de fechas y lugares. Era preciso tener en cuenta que los ancianos suelen sufrir las jugarretas de la memoria. Sin embargo, los errores fueron mínimos o carecieron de importancia. A pesar de lo dicho, Paco deseaba que sus radiografías callejeras fueran perfectas, sin anacronismos ni fallos, para lo cual contaba con los lectores para subsanar cualquier error. Lo interesante era que reluciera la verdad de los acontecimientos relatados, la realidad historiable, la indicación justa y precisa para exponer los episodios de nuestra pequeña historia en el marco verdadero y en su ambiente real.

En más de una ocasión, cuando realizaba sus pesquisas lo tomaban por un empleado del Ayuntamiento, o de Hacienda, y también por policía, y tenia que explicar el motivo de sus preguntas.

La calle José Antonio fue la primera a la que le hizo su radiografía, y con la que tuvo más dificultades, quizás por ser la más antigua, junto a la de Carboneros, y la que más veces

cambió de nombre. Para realizarlas lo primero era localizar a personas mayores que habían vivido mucho tiempo en esa calle y además, que tuvieran memoria. Así comenzaban sus indagaciones. Después echaba mano a sus libros, y a datos de personas, aunque no vivieran en esa calle. También consultaba muchos de los datos de periódicos antiguos, otros tomados de viva voz, por la tradición, comparando los informes de varias personas por separado, y al no existir otra fuente, había que aceptarlas.

Tuvo muchas dificultades y facilidades en su investigación, unas veces era la dificultad de encontrar fotografías antiguas, una labor penosa y que le llevaba tiempo. Otras, en cambio,

cuando pensaba que iba a ser difícil, encontraba un sin fin de datos y material con los que se entusiasmaba.

Francisco Tornay llevó a cabo una minuciosa investigación en las arterias de nuestra ciudad, una labor meritoria para la que hacía falta tiempo y paciencia, y él la tenía.

Cuando se hizo acreedor de una placa de plata de la Diputación Provincial, José Villalba le dedicó una columna a la que tituló El Premio, y para finalizar os la trascribo aquí:

"Su reino está colmado de papeles viejos y objetos trasnochados. Él es de los que hunden los brazos en las cenizas del tiempo en busca de la materia sólida de que se compone la historia. Posee intacta la capacidad para apasionarse por aquello en lo que cree. Pertenece a la estirpe de quienes convierten la dedicación en una coordenada básica de los actos cotidianos. Se le reconoce tan honesto y batallador como cabe esperarse de un integrante del ejército de los idealistas puros. Y, por encima de todo, es un hombre humilde y sensato que vierte ríos de esfuerzo en la obra que ha de constituir su dominio vitalicio. Hemos sabido que va a ser objeto de una merecida distinción provincial. Bueno es que se mencionen en voz alta los méritos del oficiante máximo de ese santuario de la pequeña memoria local que es el Archivo Histórico Linense. Hacerse eco del cariño y el tesón que Paco Tornay vierte día a día en su proyecto es un acto de justicia que todos los linenses tenemos la obligación de secundar. Y sentirnos partícipes de su alegría viene a ser una forma como otra cualquiera de rendirle tributo de admiración".

Muchas gracias, Paco, por tu gran labor.

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