La Línea ha despertado este jueves con la triste noticia del fallecimiento de Isabel Rodríguez, un verdadero puntal del movimiento asociativo vecinal y de lucha contra las drogas. Rodríguez ha sido víctima de una larga y penosa enfermedad en la que ha tenido la oportunidad, también en ese trance decisivo, de mostrar y hacer valer su coraje y fuerte personalidad hasta el final. 

La emblemática luchadora venía sufriendo en los últimos tiempos una insuficiencia cardiaca que hizo valorar a los médicos la colocación de un marcapasos, pero el agravamiento de su estado no lo ha hecho posible y se ha producido el fatal desenlace. 

Isabel era una histórica de la Coordinadora Despierta, conformada por madres y padres linenses que se rebelaron frente a la progresiva muerte de sus hijos en la más dura etapa del consumo de heroína en este país y que acabó con la vida de cientos de miles de personas. La solidaridad de Isabel estaba a prueba de bombas. Porque a ella no se le murió ningún hijo en esa época terrible y lo que ocurrió fue, entonces, que su lucha supuso un ejemplo de implicación y compromiso para su propia familia y el resto de la sociedad.  

Micaela Pérez, fallecida años atrás, e Isabel Rodríguez lideraron el movimiento de los Pañuelos Verdes en La Línea, que plantó cara a los narcotraficantes e impulsó acciones enfocadas a la curación de los drogodependientes y el abandono de las adicciones. 

Los Pañuelos Verdes (por las características prendas al cuello de ese color que las distinguían en las manifestaciones de los 80 y los 90) se llamaron luego la Coordinadora Despierta. E Isabel Rodríguez, que ha sido presidenta hasta su fallecimiento, fue una de las más fieles y leales escuderas que encontró en aquel camino la mencionada Micaela Pérez. 

Francisco Mena, presidente de la Coordinadora Alternativas, ha recordado su figura muy emocionado: "Podría estar hablando horas y horas. Isabel ha venido a reuniones con el ministro del Interior, Grande-Marlaska, justo después de recibir quimioterapia. Era un ejemplo increíble y el golpe para nosotros es durísimo". 

Mena ha rememorado los primeros tiempos de la lucha antidroga, en los que Isabel era la única persona de las madres de los Pañuelos Verdes que tenía carnet de conducir y, con una furgoneta, llevaba a los integrantes de esta asociación por toda España. "Era puro coraje y no solo en la lucha contra las drogas, también en el movimiento vecinal desde su barriada de Sacra-Bellavista y la Federación Local de Asociaciones de Vecinos, la Flavi", ha señalado. 

El presidente de Alternativas apuntó que Isabel acogió a toxicómanos en su propia casa cuando la estrategia del GIL en La Línea, a semejanza de lo puesto en marcha en Marbella, consistió en expulsar de la ciudad a quienes fuesen toxicómanos o prostitutas.