Calle Real, el embrión de La Línea (IV)

A través del tiempo

Numerosos restaurantes y confiterías se ubicaron en la principal arteria linense desde comienzos de un época en la que destacó el recordado TeatroCómico

Luis Javier Traverso

24 de noviembre 2013 - 13:23

EN un nuevo capítulo de la historia de la calle Real de La Línea repasamos algunos de los establecimientos más carismáticos nacidos en el siglo XX.

Entidades bancarias

El Banco Español de Crédito se estableció en el año 1921 en el número 8, un edificio entonces propiedad de don José Barea. Fue primer director de esta agencia bancaria don Juan Palop Palma. Tras la desaparición de este director ocupó su puesto don José Ferrer Álvarez y posteriormente don Manuel Magaña González.

En cuanto al Banco Hispano Americano no estuvo establecido hasta el año 1969 en la calle Calvo Sotelo, esquina con la de Antonio García Bueno, y en ese año se trasladó a esta de José Antonio (en aquel entonces), un moderno edificio de varias plantas donde existió muchos años el café ABC.

Los primeros antecedentes del Banco Hispano Americano en La Línea datan de principio de los años 30, siendo su corresponsal don Alfonso Muñoz Hela, joven asturiano que representaba los intereses de don Guillermo Guisasola Vigilio, principal accionista de la empresa que realizó las obras de esta ciudad.

El Teatro Cómico

El edificio del Teatro Cómico se inauguró en el año 1916 en el lugar que fuera patio del hebreo “Garson” donde se celebraban representaciones de zarzuela al aire libre. Luego se levantó un barracón de madera que tomó el nombre de Teatro Eslava. Este patio y jardín lo compró don Bartolomé Lima Ortiz y junto al teatro construyó su residencia en 1894.

Por el escenario del Teatro Cómico han desfilado a lo largo de los años lo mas granado del arte escénico, y por su pantalla las mejores películas desde los tiempos del cine mudo, con un primitivo aparato de proyección de manivela el cual fue reemplazado posteriormente por un equipo Orpheo-Sincronic de fabricación nacional. Con la aparición del sonoro, igualmente fue cambiado en 1930 por un equipo doble de dos proyectores Pergam. Y desde el año 1956 contaba con los Philips F.P.

Restaurantes y confiterías

Encabeza la lista el restaurante La Mascota en el año 1895.Estaba situado en la esquina con plaza de la Iglesia, donde luego estuvo el Lion de Oro, posteriormente la confitería Marieta. En el año 1915 La Cabeza frente al Casino de La Línea, de Gabriel Cobo, Restaurante Popular y Restaurante Solera en 1902, restaurante La Nueva, de Manuel Muñoz Gutiérrez, y freiduría La Malagueña, de Juan Navarro, ambos en el año 1933 y ya en los últimos tiempos el restaurante El Modelo, de Antonio Roldán. Y aunque éste no pertenece propiamente dicho a la calle Real, el Hotel Iberia, que fundara don José Estripot Dorado en lo alto del café Anglo-Hispano, por tener este su entrada por la calle San Pablo.Ambos establecimientos desaparecieron 1967.

En un curioso anuncio que publicaba el periódico linense La Tijera, de fecha 9 de abril de 1916. se podía leer: “La Mallorquina, Confitería -José Andrés- situada en calle Real. El nuevo dueño de este acreditado establecimiento, ha introducido notabilísimas mejoras en obsequio al numeroso publico que le favorece. Se dispone a hacer olvidar, de los sinsabores que la actual guerra ocasiona en el ánimo de todos sus parroquianos, con sólo probar algunos de los exquisitos dulces que esta casa elabora y beber la leche pura, te, café, chocolate y licores que con esmerado servicio y economía presenta al publico. ¿Especialidad de la casa? Los refinados tocinitos de cielo y las espumosas delicias valencianas. No lo olviden, las señas calle Real”.

Confitería Modelo

Esta confitería fue abierta al público en el año 1902, en el mismo año que ocurrieron en La Línea los llamados Sucesos de las pedreras. Fue su primera dueña doña Ana Ríos. Después del día 12 de enero de 1906 don José Calvente Cabello, empleado de la casa y de oficio confitero se quedó con la confitería por la suma de 3.000 pesetas, el cual se casó con dona Primitiva Barea Salcedo.

Confitería Japonesa

La fecha mas antigua que pudo recopilar Francisco Tornay de la confitería y lechería La Japonesa data del año 1926 siendo su propietario Juan Vázquez Arahal y se encontraba situada en lo que hoy ocupa el nuevo edificio de la cafetería y confitería Okay, anteriormente Jockey, esquina con la calle San Pablo. La confitería La Japonesa, que tenía su obrador por la calle Hércules, cambió de nombre en el año 1954 llamándose desde entonces La Española.

En el lugar que ocupó la confitería La Crema, estuvieron ubicados la redacción y los talleres del periódico linense El Sino, de Lutgardo López Zaragoza en un edificio de planta baja, también una heladería que se llamó La Polar, casi frente a la heladería que existió hasta hace poco, aunque ha vuelto abrir con otros dueños, la acreditada firma de los valencianos Monerry, propietaria de aquellas flotillas de carrillos que antiguamente vendían el rico helado mantecado por las calles de La Línea.

Otras de las Confiterías emblemáticas de la Calle real fue Marietta en la esquina con Plaza de la Iglesia.

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