El CEA de Los Junquillos atiende a más de 700 personas desde julio de 2002
Actualmente cubre las necesidades básicas de alimentación, sanidad, higiene y vivienda de unos 210 drogodependientes · La filosofía del centro se basa en el libre acceso, la baja exigencia y el respeto
El Centro de Encuentro y Acogida (CEA) ha atendido a más de 700 personas desde que abrió sus puertas en La Línea en julio de 2002, cuando comenzó a dar acogida, información y, en definitiva, a cubrir las necesidades básicas de alimentación, sanidad, higiene y vivienda de aquellos que por sus circunstancias se encuentran en situación de exclusión social.
Los atendidos pueden hacer uso también del servicio de comedor, lavandería, higiene, servicio sanitario, coordinación y contacto con otros recursos, tales como asesoramiento jurídico, dispensación de preservativos, entre otros. El centro de la barriada linense ofrece igualmente talleres de alfabetización, y de manualidades basadas en barro y pintura, habilidades sociales, yoga, educación para la salud. También realizan actividades externas, como senderismo, visitas culturales acampadas y excursiones.
Los trabajadores del centro de la barriada Los Junquillos atienden actualmente a un total de 210 drogodependientes, a los que se presta especial atención por su situación de exclusión social, ya que no conocían la existencia de recursos especializados o no podían iniciar por sí mismos un tratamiento para dejar su adicción a la droga.
Los Centros de Encuentro y Acogida responden a la necesidad de cubrir el vacío de atención a un sector de la población drogodependiente con dificultades graves en casi todos los ámbitos de su vida, como la alimentación, la higiene y el desarraigo familiar y social. Para que su estancia en dicho centro sea exitosa, es imprescindible que estas personas comiencen la intervención sobre estos aspectos básicos de su vida y no condicionarlas desde la primera toma de contacto al abandono del consumo de estupefacientes.
El CEA de La Línea pretende consolidar una línea de trabajo en la que la atención a las necesidades básicas de la persona sea una puerta de acceso para avanzar en la incorporación social de dichas personas, para que no sólo funcione como un colchón que apenas amortigue dichas necesidades y que al final continúen con los mismos problemas con los que llegaron.
La filosofía que marca el éxito y la intervención en este recurso se apoya en cuatro grandes ejes: el principal de todos es el libre acceso al centro, la baja exigencia, la globalidad y la flexibilidad. Llevados a la práctica, estos principios básicos se traducen en que la persona que normalmente no quiere acceder a los recursos normalizados de tratamiento de sus adicciones y necesidades puede acercarse a un espacio en el que, a diferencia de otros, no se establecen exigencias para poder permanecer en él, excepto la regla general del respeto a las demás personas a las que atienden y al personal que realiza las tareas necesarias para su funcionamiento.
Todo ello se resume en un trato dignificado hacia estas personas mediante una intervención, adaptándose a sus características.
"Es un recurso importante en el barrio del Junquillo, ya que ayuda a todas estas personas a tener una buena calidad de vida y algo que es sumamente importante, la convivencia con los vecinos", comentó la teniente de alcalde delegada de Bienestar Social.
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