Entorno Natural

El Arroyo negro, un “oasis medioambiental” protegido y recuperado para La Línea

  • Fundación Cepsa participa en el cerramiento y las actuaciones de mejora de la pequeña reserva natural, que sin embargo alberga más de 700 especies de gran interés ecológico

l chorlitejo patinegro es una de las especies de especial conservación que encuentran su hábitat en la mini reserva del Arroyo Negro.

l chorlitejo patinegro es una de las especies de especial conservación que encuentran su hábitat en la mini reserva del Arroyo Negro.

La pregunta debió ser: ¿Por qué conformarnos con cuidar lo que tenemos si incluso podemos mejorarlo? Y con esa idea, Ayuntamiento de La Línea y Fundación Cepsa se pusieron manos a la obra para preservar un auténtico oasis medioambiental que era necesario proteger: la reserva del Arroyo Negro ha sido el escenario de meses de duro trabajo y una importante inversión que se traduce en el esperado cerramiento del espacio (el proyecto abarca nada menos que una extensión de 500 metros lineales) que permitirá la preservación de todo el entorno, impidiendo la circulación de vehículos y animales por la zona, con el fin de mejorar un ecosistema que se desconocía hasta el momento y en el que coexisten especies vegetales y animales de gran valor y protección ecológica.

El Arroyo Negro es un humedal costero que se localiza en la playa de Levante de La Línea de la Concepción y que está incluido en la zona de protección marítimo-terrestre. Su origen es la unión de los arroyos Negro y Charcones justo antes de su desembocadura, donde adquieren forma de ‘Y’ y constituyen la única zona palustre en casi 13 kilómetros de costa que, además, mantiene agua durante todo el año, lo que proporciona un peculiar hábitat indispensable para muchas especies. A esto se añade la existencia anexa de un sistema lunar de gran interés, incluido en el listado de Hábitats de Interés Comunitario (HIC) de Andalucía, y de la zona marina, declarada como Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Su pequeño tamaño lo convierte en una zona extremadamente frágil que, sin embargo, acoge una elevada biodiversidad. En el conjunto se han detectado ya más de 700 especies, algunas de gran interés en conservación como el chorlito patinejo o el salinete, un pez  de carácter endémico de Andalucía. Desde la playa es fácil observar la migración de aves marinas como la amenazada pardela balear, además de cetáceos como el rorcual común o el delfín. El estuario es hogar de multitud de especies de aves como el martín pescador, garzas o limícolas, y también de insectos como las libélulas o mamíferos como la nutria o el zorro. Las dunas costeras albergan además una exclusiva comunidad de plantas y una interesante fauna propia asociada a este peculiar ecosistema.

El proyecto, que va a seguir avanzando, pretende proteger todo el entorno mediante la colocación de una valla cinegética alrededor de la zona dunar y la laguna, además de la colocación de cartelería en la que se informa del valor natural de la zona, en la que existen incluso especies vulnerables y algunas en peligro de extinción. Para ello ha sido también esencial la labor de los voluntarios, más de una docena, que ha llevado a cabo un intenso trabajo de identificación y muestreo a lo largo de muchos meses sobre un humedal perpetuo de especies entre las que se han identificado varias con un valor ecológico incalculable. Además, se ha tenido ocasión de avistar a la segunda ballena más grande del mundo.

El cerramiento, que fue inaugurado a finales del pasado mes de agosto, supone “la apuesta de la Fundación Cepsa” por la protección ambiental, como aseguró la responsable de Fundación Cepsa en el Campo de Gibraltar, Estrella Blanco, “confiando que sea una más de las muchas acciones que restan por venir en un futuro”. Blanco destacó la “importancia de ser conscientes” sobre la conservación de un espacio rico en biodiversidad como es el caso de Arroyo Negro. Por su parte, la concejal delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de La Línea, Raquel Ñeco, además de reiterar su agradecimiento a Fundación Cepsa y a los voluntarios, recordó que la iniciativa aún no está terminada y que queda por sembrar una parte, en un trabajo que se prolongará en este mes de octubre con vistas a que en primavera las especies estén bien adaptadas. Ñeco ha recordado además la plantación de 200 pinos a lo largo de todo el Camino de Sobrevela, en lo que ha supuesto la intención de poner en valor esta zona de litoral, insistiendo en su agradecimiento tanto a los técnicos de su delegación como a los voluntarios que se han implicado en el proyecto.

Ahora toca que la naturaleza haga su trabajo, que obviamente lo hará, y recupere para sí un entorno pequeño pero inigualable de riqueza ambiental.

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