Huelga en el colegio Aljibe de Jimena: tercer día sin clases y una concentración prevista para el lunes

Las familias denuncian 15 años de promesas incumplidas sobre la ampliación del centro, mientras el Ayuntamiento y la AMPA exige una solución urgente tras la vulneración de los ratios legales

El Campo de Gibraltar abre el curso escolar con menos alumnos, pero más maestros

Se cumple el tercer día consecutivo sin que los alumnos del colegio Aljibe de Jimena entren a clase.
Se cumple el tercer día consecutivo sin que los alumnos del colegio Aljibe de Jimena entren a clase. / E.S.

El curso escolar aún no ha comenzado para los niños del CEIP Aljibe, en Jimena de la Frontera. Este viernes, 12 de septiembre, se cumple el tercer día consecutivo sin que los alumnos entren a clase, en una huelga que está siendo secundada de forma unánime por todas las familias del centro. El próximo lunes 15, además, los padres han convocado una concentración a las puertas del colegio para dar mayor visibilidad a sus reivindicaciones.

La protesta llega después de más de 15 años de promesas incumplidas sobre la ampliación del colegio. Desde la AMPA Sierra Aljibe y el Ayuntamiento de Jimena se insiste en que la situación ha llegado a un punto límite ya que el centro incumple los ratios de alumnos por aula que establece la ley.

El plantón unánime de la comunidad educativa comenzó este miércoles, 10 de septiembre, el hecho más destacado en el arranque del curso escolar en todo el Campo de Gibraltar. Desde entonces, los niños no han vuelto a pisar las aulas, y las familias barajan prolongar la huelga hasta que la Junta de Andalucía dé una respuesta real a un problema que, aseguran, arrastran desde hace años.

Durante el curso pasado y a lo largo del verano, la AMPA denunció que la falta de espacio obligó a improvisar soluciones precarias: dividir aulas en dos, reconvertir el salón de usos múltiples en clase común o utilizar despachos del profesorado como espacios lectivos. Lejos de mejorar, estas medidas han limitado la calidad de la enseñanza y generado un entorno poco adecuado para el aprendizaje, según denuncian los padres.

La única salida viable, insiste la comunidad educativa, pasa por una ampliación estructural del colegio que contemple la construcción de nuevas aulas. La opción de instalar módulos prefabricados llegó a estar sobre la mesa, pero fue descartada el pasado lunes 8 en una reunión entre el colectivo de padres, representantes de la Junta y del Ayuntamiento. En su lugar, la administración planteó dividir de nuevo el salón de usos múltiples, una alternativa que las familias consideran inaceptable.

“Nos encontramos con las mismas excusas y las mismas mentiras de siempre”, lamenta el colectivo. “Nos niegan la instalación de aulas prefabricadas con el argumento de que allí se levantará un nuevo edificio, pero lo cierto es que ese proyecto ni existe, ni tiene fecha de inicio, ni presenta ningún avance real”.

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