La Verja de Gibraltar, 40 años del fin de un bloqueo que vuelve a estar en el aire

El 5 de febrero de 1985 se reabrió a la circulación de los vehículos entre La Línea y el Peñón

La falta de acuerdo entre la UE y Reino Unido y la próxima puesta en marcha del Sistema de Entradas y Salidas ponen en jaque el paso fronterizo

Los nuevos controles Schengen se aplicarán en la Verja de Gibraltar de forma progresiva y España podrá suspenderlos si se colapsan

La Verja, en enero de 1985, a días de abrirse para los vehículos.
La Verja, en enero de 1985, a días de abrirse para los vehículos. / Archivo Carta de España

Gibraltar/Este miércoles, 5 de febrero, se cumplen 40 años de la reapertura de la Verja de Gibraltar para el tráfico rodado y de mercancías, rompiéndose un bloqueo que había durado más de 15 años, desde el 8 de junio de 1969 hasta el 5 de febrero de 1985. Su apertura para el paso de vehículos se produjo poco más de dos años después de que el paso fronterizo fuera abierto para los peatones, el 15 de diciembre de 1982. Ahora, 40 años después, la situación es de incertidumbre ante la falta de acuerdo entre la UE y Reino Unido para el encaje del Peñón tras el Brexit y la próxima puesta en marcha del Sistema de Entradas y Salidas (SES) en territorio Schengen, aplazado desde noviembre y que tras su entrada en vigor, prevista para este año, provocaría el colapso del paso fronterizo en caso de que no se alcance un acuerdo.

El 5 de febrero de 1985 se ponía fin por completo a la etapa más dura de bloqueo a Gibraltar, cuando el dictador Francisco Franco ordenó el 8 de junio de 1969 el cierre permanente y total de la Verja y el corte de las comunicaciones. La medida fue una respuesta a la entrada en vigor en el Peñón de la Constitución de 1969, proclamada dos años después de que la población gibraltareña aprobara masivamente en un referéndum su deseo de seguir vinculada a corona británica.

El 15 de diciembre de 1982, el primer Consejo de Ministros del primer gobierno socialista de Felipe González ordenó la reapertura de la Verja, pero sólo para peatones. La Verja se abría de vez en cuando también para vehículos únicamente en situaciones especiales y de emergencias, para dejar pasar un vehículo de bomberos, trasladar a algún enfermo o un coche fúnebre, previa autorización de las autoridades.

Diario de Cádiz contaba así la reapertura de la Verja al tránsito de vehículos:

El gobernador civil de la provincia de Cádiz, Mariano Baquedano, procedió a abrir totalmente el paso fronterizo con Gibraltar. Desde últimas horas de la tarde comenzaron a congregarse personas a ambos lados de la verja para poder presenciar el momento histórico del fin de las restricciones, después de 16 años. A las doce en punto, el gobernador procedió a abrir el candado que había sido colocado momentos ante, ya que el original había sido sustraído a las cinco de la tarde.

La apertura de la verja estuvo acompañada del incendio de varios vehículos gibraltareños que estaban estacionados en La Línea. Cuando se abrió la verja, un grupo de gibraltareños, al parecer embriagados, comenzaron a gritar "somos británicos".

Mariano Baquedano cruzó la verja y realizó una pequeña visita a Gibraltar, siendo saludado por las autoridades.

Un joven algecireño fue el primero en cruzar la verja en un vehículo. Lo hizo con una Vespa. El primer vehículo que salió del peñón fue un Austin con sus ocupantes ataviados con trajes típicos y una bandera de Gibraltar.

Un Policía Nacional saluda a un Bobby inglés en el límite de la Verja, horas antes de su apertura al tráfico en 1985.
Un Policía Nacional saluda a un Bobby inglés en el límite de la Verja, horas antes de su apertura al tráfico en 1985. / Efe Archivo

Más de 235.000 al mes circulan por la Verja

Hubo que esperar al 5 de febrero de 1985 para que se permitiera la circulación de vehículos y mercancías. Hoy en día circulan por este paso una media de más 235.000 vehículos al mes, cerca de 8.000 al día. Son una media de 227.000 coches, 8.000 camiones y 330 autobuses de turistas los que entran a Gibraltar al mes, teniendo en cuenta las estadísticas gibraltareñas de 2023. Ese año entraron en total 2.726.400 coches y 3.993 autobuses de turistas (un tipo de circulación que varía según la estación del año) y más de 90.000 camiones.

La apertura definitiva de la Verja, el fin de aquel bloqueo, abrió una etapa en la que Gibraltar y el Campo de Gibraltar volvieron a convertirse en vecinos interdependientes, pues facilitó las relaciones comerciales y de servicios de un ecosistema de empresas proveedoras de la zona.

Portada del 'Diario de Cádiz' del 6 de febrero de 1985.
Portada del 'Diario de Cádiz' del 6 de febrero de 1985.

Pendientes del Brexit

La Verja está ahora pendiente de cómo se resolverá el ajuste de la colonia británica tras el Brexit en un acuerdo que se lleva esperando más de cuatro años, desde el Acuerdo de Nochevieja de 2020 en el que España, Reino Unido, La Unión Europea y Gibraltar trazaron un plan para que la situación, en lugar de complicar esos intercambios, se convirtiera en una oportunidad para impulsarlos.

Ese plan pasa porque Gibraltar forme parte del Espacio Schengen al amparo de España, pues el Reino Unido no pertenece a esta alianza de libre de circulación de personas y mercancías. Con esa fórmula, la Verja desaparecería y las fronteras estarían en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar.

Mientras pasan los años sin que ese acuerdo aterrice, la circulación de vehículos, como la de peatones, se mantiene con una aparente normalidad, como si el Brexit no hubiera entrado en vigor hace cinco años para el resto del Reino Unido. Y dentro de ese statu quo se recuerdan los momentos en los que ese paso fronterizo se abrió definitivamente.

Aquella noche del 5 de febrero de 1985 no se vivió con tanto júbilo como la noche en la que se empezó a permitir el paso de los peatones. Del lado español había cinco coches que se acercaron para ser los primeros en pasar. Del lado de Gibraltar, menos. "Allí no tenían muchos coches ¿para qué, si no podían salir?", cuenta a EFE Juan José Uceda, uno de los españoles que pasó con su vehículo aquella noche y que se desilusionó al ver "lo mucho que Gibraltar había perdido durante el cierre", al igual que La Línea, que vio como la mitad de su población tuvo que emigrar.

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