Picardo echa un jarro de agua fría a un acuerdo sobre Gibraltar al rechazar que la Policía Nacional controle el puerto y el aeropuerto del Peñón
El ministro principal de la colonia niega las informaciones que apuntan a un principio de acuerdo por el que España sería el garante del acceso al espacio Schengen desde la Roca
Cumbre decisiva para un tratado sobre Gibraltar: Albares, Sefcovic, Lammy y Picardo se reúnen hoy en Bruselas
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha echado un jarro de agua fría al acuerdo de integración de la colonia en el espacio Schengen al rechazar que la Policía Nacional española controle el puerto y el aeropuerto del Peñón. El jefe del Gobierno de la colonia ha negado este miércoles las informaciones que apuntan a un principio de consenso por el que España sería el garante del acceso desde la roca al espacio común europeo.
Tras la publicación de una noticia al respecto por parte de The Telegraph, Picardo ha reaccionado a las 14:52 con contundencia a través de la red social X. "Esto no es cierto y es engañoso. Debe ser completamente ignorado. Decepcionado con The Telegraph", ha escrito, negando categóricamente que se haya cerrado ningún acuerdo sobre el control fronterizo por parte de agentes españoles o europeos.
El citado pacto entre la Comisión Europea y Reino Unido, según las fuentes citadas por el rotativo británico, está "más cerca que nunca" y, de llevarse a la práctica, supondría que los ciudadanos que llegasen a Gibraltar en avión o barco deberían mostrar su pasaporte a los policías de fronteras españoles, con el apoyo de la agencia comunitaria Frontex.
Esta cesión de funciones en el control de entrada ha sido durante años uno de los principales escollos de la negociación, si bien el Gobierno gibraltareño se ha negado sistemáticamente a aceptar la presencia visible de policías españoles en suelo del Peñón. "No Spanish boots", llegó a declarar gráficamente Picardo.
El principio de acuerdo citado por el diario británico cambiaría ese paradigma. Y lo hace sobre una base jurídica clara: España es responsable de la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea en su territorio, y Gibraltar, aunque británico, se convierte en un punto de entrada al espacio Schengen si desaparece la actual Verja. De ahí que el control de quienes acceden por su aeropuerto o su puerto se convierta en un asunto clave para la seguridad del conjunto de los 27 países de la UE, también en materia aduanera.
Una reunión decisiva en Bruselas
De haber acuerdo sobre Gibraltar, la colonia tendría libre acceso al espacio Schengen, eliminando así los controles fronterizos con España y facilitando la libre circulación de personas y mercancías.
La filtración de The Telegraph llegaba horas antes de una reunión crucial en Bruselas. Este miércoles, 11 de junio, el comisario europeo Maros Sefcovic reúne al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; al responsable de Exteriores británico, David Lammy, y a Fabián Picardo. El objetivo: cerrar definitivamente un acuerdo que se negocia desde que el 31 de diciembre de 2020 se firmara el llamado Acuerdo de Nochevieja, que esbozaba la integración de Gibraltar en el espacio Schengen y la supresión de la frontera física.
Pese a las palabras de Picado, las posiciones parecen haberse acercado de forma notable en los últimos meses. Entre los consensos esbozados estarían la equiparación de pensiones para los trabajadores transfronterizos, la armonización fiscal o el estatus laboral de los más de 15.000 empleados españoles que cruzan a diario la Verja. No obstante, el control de personas y mercancías en el aeropuerto y el puerto ha sido hasta ahora la piedra angular de las diferencias.
En este contexto, la solución técnica más viable ha sido la participación de Frontex como cuerpo neutral europeo para ayudar en esos controles, como fija el Acuerdo de Nochevieja. Esta fórmula permitiría mantener la soberanía simbólica de Gibraltar, al tiempo que garantiza la seguridad y el cumplimiento de las normas del espacio Schengen, cuya aplicación exige una supervisión efectiva en los puntos de entrada.
Una frontera en suspenso desde el Brexit
Desde la salida oficial del Reino Unido de la UE, la frontera de Gibraltar ha operado en un limbo legal: sin controles estrictos, gracias a la colaboración práctica entre ambas partes y al margen del Código de Fronteras Schengen. España permite la entrada de residentes gibraltareños sin pedir pasaportes y el Peñón hace lo mismo con losespañoles. Sin embargo, tanto Madrid como Bruselas han advertido en reiteradas ocasiones de que esta situación no puede mantenerse indefinidamente sin un marco legal sólido.
"La relación entre Gibraltar y la UE/España debe ser estable, segura y beneficiosa para todos", ha defendido Picardo en la red social X antes de la reunión, subrayando que su objetivo es "proteger a nuestros ciudadanos y dar certidumbre a los trabajadores fronterizos con vistas a una mayor prosperidad".
David Lammy, que se desplazó primero a Gibraltar antes de volar a Bruselas, se ha mostrado cauto sobre la posibilidad de cerrar el acuerdo este mismo miércoles: "Veamos qué ocurre", declaró ante la prensa local.
Los flecos que aún separan el pacto
Aunque el ambiente es de optimismo, fuentes diplomáticas británicas y españolas han reconocido que todavía hay "escollos" en la negociación. Londres insiste en que su delegación no acude a Bruselas para “ratificar sin más” un pacto, sino para librar "duras negociaciones sobre algunos puntos críticos".
Uno de esos puntos es precisamente el tipo de presencia policial que se aceptará finalmente en el aeropuerto y el puerto. La solución intermedia de Frontex parece contar con apoyo técnico, pero queda por ver si las partes logran un consenso político definitivo. Otro aspecto no aclarado es qué ocurrirá con el control de mercancías o el papel de los militares británicos en el Peñón, extremos sobre los que The Telegraph no aportaba información en su adelanto.
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