La esperada agilidad en el paso fronterizo entre La Línea y Gibraltar no llega así que pasen los años. Celebrada la 14ª ronda de negociaciones para acordar un tratado que regule las relaciones del Peñón con la Unión Europea, que abandonó el 1 de febrero de 2020, la Verja sigue en pie y generando colas, sobre todo en días señalados. 

Así ha ocurrido este sábado, cuando desde las 11:00 se producen demoras para salir de Gibraltar hacia España, esta vez de coches, como en otros momentos se producen en el carril destinado a las motos. 

Más de una hora están teniendo que esperar en el serpentín las decenas de personas que tratan de salir del Peñón. La cola, en muchos momentos de la mañana, se extendía alrededor del circuito fronterizo y regresaba por debajo del saliente del aeropuerto, hasta la rotonda de Kingsway.

Esta misma semana se produjeron ya tres días consecutivos de atascos en la Verja originados a la hora de salida de los trabajadores transfronterizos, la mayoría de ellos españoles, en el carril destinado a motocicletas, cuyos usuarios se encontraban con que no podían utilizar la puerta de salida con fluidez porque las autoridades del Peñón dejaban salir a los coches de dos en dos. 

Las colas en la Verja a causa de la gestión de Gibraltar del paso se reproducen periódicamente desde el pasado mes de septiembre, casi siempre originadas en el carril para motos que utilizan los trabajadores españoles. Ya entonces, la Asociación Socio Cultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg) pidió explicaciones al Gobierno del Peñón por los atascos. Todo comenzó cuando, en agosto, España separó los vehículos de cuatro ruedas de los de dos con intención de agilizar el paso. Gibraltar no se adaptó en ese momento al cambio y ni siquiera reforzó el carril con un agente.    

Además, desde el 1 de enero de 2021 y a consecuencia del Brexit, los británicos deben identificarse con su pasaporte y están exentos de visado, aunque, como ciudadanos de un país ajeno a la UE, deben cumplir con los requisitos de entrada establecidos en el Código de Fronteras Schengen: deben justificar el objeto de su visita, las condiciones de la estancia prevista -con una reserva de hotel, por ejemplo- y demostrar que tienen medios de subsistencia suficientes, tanto para el período de estancia previsto como para el regreso. La estancia no podrá superar los 90 días por periodo de 180, sea en una o en varias visitas.

A fecha de hoy, esas condiciones no rigen para los gibraltareños, que gozan de un privilegio -no escrito- concedido unilateralmente por España como gesto de buena voluntad y que supone una excepción en la UE en la aplicación del Código de Fronteras Schengen.

Los requerimientos son potestativos; los agentes de frontera pueden hacerlo o no en función de la situación del paso fronterizo y su criterio.