Gibraltar declara la guerra al 'Monstruo de las Tuberías': toallitas, ropa interior y hasta arena de gato
Una campaña del Gobierno llama a los vecinos de viviendas públicas a no "alimentar al monstruo" tirando productos inapropiados por el váter
El alcalde de La Línea hace un llamamiento urgente ante el colapso de la red de saneamiento por las toallitas

Gibraltar/No vive bajo la cama ni en el armario, pero puede arruinarte una mañana entera (y el salón de casa) si se despierta. El llamado Pipe Monster, o Monstruo de las Tuberías, es el protagonista de una nueva campaña de concienciación lanzada por el Ministerio de Vivienda del Gobierno de Gibraltar. Su dieta, según las autoridades, es tan variada como inadecuada: toallitas húmedas, compresas, ropa interior, arena de gato y hasta un par de pantalones se han encontrado recientemente atascando los sistemas de desagüe en las viviendas públicas del Peñón.
La situación es seria. Los atascos se notifican a diario, y algunos provocan desbordamientos de aguas fecales dentro de los hogares. Esta misma semana, un atasco provocó una inundación de aguas residuales en una vivienda. "Un incidente desagradable y costoso, pero completamente evitable", lamenta el comunicado oficial.
La campaña, bautizada con el sugerente lema Stop the Pipe Monster, busca promover el civismo vecinal con un mensaje claro: no se debe tirar por el inodoro nada que no sea papel higiénico. Incluso las toallitas etiquetadas como “desechables” pueden causar grandes obstrucciones, al no descomponerse como el papel convencional.
El Ministerio ha repartido pegatinas informativas a las asociaciones de vecinos de las urbanizaciones públicas para ayudar a difundir el mensaje. La ministra de Vivienda, Pat Orfila, ha sido rotunda: “Recibimos informes diarios de bloqueos causados por objetos que no deberían terminar en el váter. Eso conlleva situaciones muy desagradables para las familias afectadas y sus vecinos, y además supone desviar fondos que podrían destinarse a mejorar la urbanización, en lugar de reparar algo que podría evitarse con un poco de sentido común y orgullo cívico”.
Al otro lado de la Verja, la historia se repite. Hace apenas unas semanas, el alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco, lanzaba un llamamiento urgente ante el colapso del sistema de saneamiento por el uso indebido de toallitas. “Aunque muchas se etiquetan como desechables, no se disuelven como el papel higiénico y provocan graves atascos y averías”, advertía el primer edil. La situación se ha agravado con la aparición de varios “puntos negros” de acumulación de residuos en distintos barrios del municipio. Franco apeló a la responsabilidad colectiva: “Esto es cosa de todos”.
Así que ya lo saben: si no quieren conocer al monstruo en persona, no lo alimenten. Porque debajo de cada tapa de inodoro, si uno no tiene cuidado, puede haber una criatura esperando su próxima comida.
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