Un enorme avión A400M de la RAF necesita tres intentos para aterrizar en Gibraltar por fuertes vientos rotores
La aeronave, con una longitud de 45 metros, realiza varios giros en el Estrecho antes de tomar tierra
Varios drones paralizan el aeropuerto de Gibraltar durante la noche y obligan a desviar un avión militar
El avión militar Airbus A400M Atlas de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF) ha logrado aterrizar este viernes por la tarde en el aeropuerto de Gibraltar tras dos aproximaciones fallidas provocadas por unas severas turbulencias. La aeronave, procedente de la base de Brize Norton (Oxfordshire, Inglaterra), consiguió tomar tierra finalmente a las 17:20, después de que los dos primeros intentos tuvieran que ser abortados por motivos de seguridad.
Según ha informado Meteogib en sus redes sociales, las complicaciones sufridas por el A400M se deben a un fenómeno atmosférico característico del enclave: los vientos rotores que genera el peñón de Gibraltar. El meteorólogo linense Juan Antonio Salado explica en Aemetblog que cuando soplan vientos del este o sureste, la roca —de 426 metros de altitud— actúa como una barrera que obliga al aire a ascender de forma abrupta. A sotavento, en dirección a la Bahía de Algeciras, se forman ondas de montaña y turbulencias rotatorias que pueden afectar gravemente la estabilidad de las aeronaves en aproximación.
En esta ocasión, MeteoGib confirmó que los vientos del este-sureste originaron cúmulos rotores especialmente intensos en la senda final, provocando movimientos bruscos del aire y obligando al A400M a abortar repetidamente el aterrizaje.
El A400M Atlas es uno de los mayores aviones de transporte militar que operan en el Peñón. Con 45 metros de longitud y 42 de envergadura, aunque está diseñado para despegar y aterrizar en pistas cortas y poco preparadas, Gibraltar presenta desafíos únicos, con una pista de solo 1.829 metros de longitud que requiere maniobras de aproximación complejas y condiciones meteorológicas condicionadas por el relieve del Peñón.
Todo ello convierte cada operación en un ejercicio de precisión incluso para aeronaves de gran capacidad como el A400M, capaz de transportar hasta 37 toneladas en misiones estratégicas.
Los vientos rotores, en determinadas fases, produjeron durante el aterrizaje de la aeronave componentes de viento opuestas a la dirección prevista de la aproximación. Aunque el viento dominante era frontal, las turbulencias circulares generadas por los rotores provocaron momentos de viento de cola, reduciendo la capacidad de frenado del avión en los instantes críticos antes de tocar pista. Este fenómeno se vuelve especialmente severo cuando los vientos de componente Este superan los 30 nudos (55 km/h), una situación relativamente frecuente en Gibraltar.
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