Juncker y Barnier ratifican ante May la hoja de ruta del 'Brexit' sin Gibraltar
La primera ministra británica recibe al presidente de la CE y al negociador jefe de la UE
Gibraltar/La ruptura del principio de neutralidad de la Unión Europea respecto al conflicto de la Verja a raíz del recién comenzado proceso de salida del Reino Unido y Gibraltar y el reconocimiento de los derechos de los más de tres millones de inmigrantes comunitarios en suelo británico fueron los dos temas calientes en la cena de trabajo que llevaron a cabo en Londres la primera ministra británica, Theresa May, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y el negociador de la UE en el futuro diálogo, Michel Barnier. Un portavoz de May describió como "constructiva" y "útil" una reunión tras la cual no hubo comparecencias ante los medios de comunicación.
Mañana los Veintisiete socios comunitarios se reunirán en Bruselas, sin el Reino Unido, para concretar unas directivas comunes de cara a la negociación que establecerá los términos del divorcio entre Londres y Bruselas. Esa hoja de ruta implica que la UE no permitirá que se incluya al Peñón en las conversaciones y condiciona la aplicación de cualquier acuerdo posterior al Brexit al visto bueno de España. La cuestión levantó tanto revuelo en el Reino Unido que ayer se convirtió en uno de los temas centrales durante la cena.
No parece que los Veintisiete vayan a cambiar su propuesta para con Gibraltar. "Estamos unidos, tenemos una línea clara y estamos listos", dijo el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, al término de una reunión de los ministros de Asuntos Europeos de la UE en Luxemburgo, sin su homólogo británico.
La primera ministra "reiteró el compromiso del Reino Unido para alcanzar una relación profunda y especial con la Unión Europea", pero ratificó el contenido de la carta de invocación del Artículo 50 y, por lo tanto, su intención de sacar al Reino Unido y a Gibraltar del Mercado Único, de acabar con la libertad de movimientos y de recuperar el control de sus fronteras, lo cual es una noticia preocupante para los miles de españoles y gibraltareños que atraviesan cada día la Verja en uno u otro sentido. Barnier recalcó que, además de los derechos de los comunitarios y los británicos, entre los primeros puntos a tratar en las negociaciones estará la factura que tendrá que hacer frente Londres.
La CE estima que el Reino Unido deberá abonar unos 60.000 millones de euros en concepto de obligaciones ya adquiridas en el presupuesto europeo de los próximos años, las pensiones de los funcionarios comunitarios británicos y el coste de trasladar organismos con sede en Londres como la Agencia Europea del Medicamento, entre otros conceptos. A ese respecto, May se limitó a señalar que el Reino Unido está dispuesto a hablar sobre una "liquidación justa" de las obligaciones británicas, aunque no se pronunció sobre la cifra que sugirió el propio Juncker.
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