El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación ha destituido este jueves a Javier Benosa como responsable de la Oficina de Asuntos de Gibraltar, puesto que ocupaba desde el pasado mes de marzo, a raíz de sus criticas contra la amnistía a los encausados por el Procés y el silencio del cuerpo diplomático por las consecuencias negativas que dicha decisión tendrá, a su juicio, en la credibilidad de la política exterior española.

Javier Benosa.

Como adelantó Europa Sur, el cese de Javier Benosa estaba decidido después de que el pasado día 3 expresase sus críticas en un artículo en el diario El Mundo. Su relevo generó un profundo malestar entre sus superiores en el ministerio, quienes le trasladaron la "pérdida de confianza" en su personas, según informaron a este periódico diversas fuentes.

Benosa ha formado parte del núcleo de negociadores que, a raíz del Brexit, trabaja para la firma de un tratado internacional entre la UE y Reino Unido sobre la colonia británica, una cuestión que vincula de forma muy especial a los residentes en La Línea de la Concepción y en el conjunto del Campo de Gibraltar.

"Nuevo equipo"

El inminente relevo de Benosa, a la espera de que Exteriores dé a conocer el nombre de su sustituto, se suma al del delegado de Exteriores en el Campo de Gibraltar, Juan José Sanz, cuyo nombramiento como embajador en Serbia fue acordado el pasado día 28 por el Consejo de Ministros, y que se incorporará a su nuevo destino en breve. Tampoco Sanz, quien al igual que Benosa ha estado en la fontanería de las negociaciones sobre Gibraltar, cuenta con relevo a la vista.

Si bien Benosa llevaba apenas ocho meses en el cargo, un portavoz del ministerio ha informado de que tanto su relevo como el de Sanz “estaban previstos desde hace tiempo”, en un contexto donde se contará con un “nuevo equipo para esta etapa final” de las negociaciones en torno a Gibraltar. Benosa, funcionario del cuerpo diplomático, será asignado a un nuevo destino aún por concretar.

"Amnistía y silencio diplomático"

En el artículo que ha desencadenado su cese, titulado "Amnistía y silencio diplomático", Benosa reprochaba a la Asociación de Diplomáticos españoles -a la que pertenece, al igual que la mayoría de sus colegas- su silencio ante las consecuencias de las negociaciones de PSOE e independentistas para la aprobación de la amnistía. Para ello, ponía como ejemplo las reacciones de la Asociación Profesional de la Magistratura o la Asociación de Fiscales, “que ha apelado a la Comisión Europea, recordándole su responsabilidad ante el riesgo de degradación de las instituciones democráticas y del respeto a la separación de poderes en un Estado miembro”.

“Lamento echar en falta una reacción semejante en mi profesión, silencio llamativo teniendo en cuenta que, sin reconocimiento internacional, las tesis independentistas no lograrán imponer su delirante realidad paralela. Constatemos que, si 2017 resultó en gran parte una operación fallida, algo tuvo que ver la acción exterior, y no solo la política exterior, de nuestro país. Resultaría por ello esencial que, en este complejo momento, ante las amenazas de una amnistía, un relator o un referéndum, los profesionales de la carrera diplomática tuviéramos aún más presente nuestro compromiso con la defensa del Estado de Derecho en el exterior”, asevera el diplomático.

En su reflexión, Benosa destacaba cómo frente al relato vendido en el exterior por los independentistas de que el catalán es “un pueblo discriminado y oprimido, encerrado en una democracia cuando menos imperfecta”, el Gobierno español, “no sin dudas y quizás a destiempo, trató de contrarrestar esa versión falsa de nuestra realidad, utilizando un recurso siempre dispuesto para la defensa de España: el servicio exterior”.