El Gobierno de España subraya que la negociación del futuro tratado internacional llamado a regular las relaciones entre la UE y Gibraltar será una negociación entre iguales, de un lado la Unión Europea y España y, de otro, Reino Unido, en el que las autoridades del Peñón quedarán oficialmente al margen.

Desde la perspectiva española, la visita realizada este lunes a Gibraltar por el ministro de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab, aporta pocas novedades y cambia poco o nada el panorama del futuro diálogo. 

"La visita [de Raab] se produce en el contexto de las actuales negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido sobre la relación futura en relación a Gibraltar, que se llevan a cabo a partir del principio de acuerdo que España y el Reino Unido alcanzaron el pasado 31 de diciembre", indican fuentes diplomáticas españolas consultadas por Europa Sur.

"Cabe recordar que Gibraltar", añaden las mismas fuentes a renglón seguido, "es un territorio no autónomo sujeto a descolonización, de cuyas relaciones exteriores es responsable el Reino Unido. Gibraltar figura en la lista de territorios no autónomos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y tiene, en virtud de la Carta de la ONU, una condición jurídica distinta y separada del Reino Unido".

La visita de Raab era conocida de forma previa por las autoridades españolas y tuvo un perfil medio-bajo, solo subrayado por la comparecencia pública conjunta de Raab y del ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo. La agenda oficial del titular de Exteriores se ciñó, de hecho, a la entrevista con la máxima autoridad de la colonia.

El contenido del comunicado oficial remitido por el Peñón no ha sorprendido en Exteriores, por más que el Ejecutivo llanito se explayase en detalles sobre lo hablado y tratase de fijar un paralelismo jerárquico entre Raab y Picardo. De ahí, posiblemente, que desde Exteriores se subraye ahora el papel de Gibraltar como "territorio no autónomo sujeto a descolonización" y dependiente, por tanto, de su metrópoli.

El momento es clave, aunque los negociadores de la Comisión Europea (CE) no tienen aún sobre su mesa el mandato expreso de inicio de la negociación de un tratado que presenta no pocos obstáculos y sobre el que España tendrá capacidad de veto en caso de que considere lesionados sus intereses. Exteriores y la CE llevan semanas tratando de establecer los aspectos que serán objeto de debate con Reino Unido en función del principio de acuerdo logrado la pasada Nochevieja entre Madrid y Londres.

Consejo ministerial

El comunicado oficial difundido por Gibraltar el lunes sostenía que Picardo y Raab habían celebrado un Consejo Ministerial Conjunto en el que ambos acordaron un  "enfoque conjunto" para las próximas negociaciones.

En su declaración, Gibraltar y Reino Unido insistieron en la circulación fluida de personas y bienes como base del tratado, en el rechazo a presencia de autoridades españolas en los controles fronterizos y en la defensa de la soberanía británica de Gibraltar. España está de acuerdo con matices en lo primero siempre y cuando haya contraprestaciones, defiende su titularidad en el control de la frontera exterior de la UE y no renuncia en absoluto a la soberanía española del Peñón, asunto este último que ha quedado aparcado en las conversaciones por irresoluble a corto plazo.