Gibraltar

Escocia reclama un segundo referéndum de independencia

  • Sturgeon alega la imposibilidad de pactar con May los términos de la salida

El Gobierno escocés pidió ayer un segundo referéndum de independencia para Escocia en 2018 o 2019 ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con la primera ministra británica, Theresa May, sobre los términos del Brexit.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que la semana próxima solicitará autorización al Parlamento de Edimburgo para obtener del Ejecutivo de Londres una orden que permita al legislativo escocés regular la convocatoria del plebiscito.

Sturgeon reveló sus intenciones en vísperas de que May invoque el artículo 50 del Tratado de Lisboa -lo que iniciará los dos años de negociación con Bruselas para la salida del Reino Unido de la UE-, una vez reciba la autorización del Parlamento británico.

Según la líder escocesa, el referéndum de independencia, que debe ser aprobado por el Gobierno y el Parlamento de Londres, debería celebrarse "entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019", cuando las opciones sobre el Brexit estén "más claras que ahora", pero "antes de que sea demasiado tarde" para que los escoceses decidan su destino.

En su opinión, si Escocia no se pronuncia "sobre la relación que quiere" antes de que el Reino Unido salga del bloque, se enfrentará a "un largo periodo fuera no sólo de la UE, sino también del mercado único".

En una rueda de prensa, la nacionalista Sturgeon acusó a la conservadora May de haber respondido con un "muro de intransigencia" a su oferta de negociar la permanencia de Escocia en el mercado europeo cuando el Reino Unido salga de la UE.

A diferencia de Inglaterra y Gales, y al igual que Irlanda del Norte, Escocia votó en un 62% a favor de permanecer en el bloque comunitario en el referéndum británico del 23 de junio.

Desde el voto favorable al Brexit, el Gobierno nacionalista escocés ha amenazado con promover una segunda consulta separatista, tras la que perdió en 2014, si el Ejecutivo de Londres no atiende a su prioridad de mantener la relación con Bruselas.

May elevó la retórica el pasado día 3 cuando, en un discurso durante el congreso del Partido Conservador escocés, acusó al SNP de Sturgeon de "descuidar" las necesidades primarias de la región en favor de su objetivo secesionista.

En vistas a la aparente imposibilidad de alcanzar un consenso sobre la salida de la UE, la líder escocesa anunció ayer que pedirá al Parlamento autonómico permiso para obtener de Londres la llamada "orden bajo la sección 30", que permitiría a Edimburgo legislar sobre un nuevo referéndum. En virtud de la ley de Escocia de 1998, que sentó las bases de la autonomía, el Gobierno debe autorizar el traspaso de poderes al legislativo autonómico en casos específicos mediante una Orden de Consejo al amparo de la sección 30. El contenido de esta orden debe ser aprobado por los Parlamentos de Londres y Edimburgo. Aunque el coste político sería alto, no hay garantías de que May sancione tal orden para la celebración de ese segundo plebiscito.

La primera ministra dijo ayer que convocar una segunda consulta sería "divisorio" y causaría una "gran incertidumbre económica", y aseguró que mantendrá las negociaciones con las autonomías.

El líder laborista británico, Jeremy Corbyn, dijo ayer por su parte que su partido "no bloquearía" en la Cámara de los Comunes la convocatoria de un segundo plebiscito si éste es aprobado por el Parlamento escocés. Sin embargo, explicó que lo ve innecesario y que el Laborismo se opondría en el Parlamento de Edimburgo.

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