Con Guillermo de Inglaterra de viaje oficial en Nueva Zelanda y sin noticias de la duquesa de Sussex, de baja ante su próxima maternidad, la duquesa de Cambridge y su cuñado, el príncipe Enrique, fueron el jueves los encargados de representar a la familia real inglesa en un acto religioso celebrado en la Abadía de Westminster con motivo del ANZAC Day, día en el que se conmemora el sacrificio y la solidaridad de los ejércitos neozelandeses y australianos junto a las fuerzas británicas en la Primera Guerra Mundial.
La presencia de Enrique no era segura ya que dependía del estado de su mujer y el inminente nacimiento de su primer hijo. Entre sonrisas, gestos cómplices y miradas de admiración, los cuñados han enterrado los rumores de mala relación.
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