Las voces del speaker invitan a participar en las diferentes tómbolas que recorren la calle donde se sitúan las casetas de juegos. En la mayoría, el regalo está asegurado sólo con participar. Entre los premios destaca el mejor amigo de los niños, Bob Esponja.

Entre los puestos se pueden ver muchas ofertas de juego: tiro de dardos, escopeta de plomillos o aros y boletos, entre otros. Los regalos son muy diversos y van desde el típico peluche de Bob Esponja y la pecera con el pez o tortuga, hasta una moto de cross, en algunos casos.

Manuel Martínez viene cada año desde Sevilla. Lleva 13 años en el mundo de las tómbolas con su propio negocio, pero ya venía de familia. El juego que él ofrece consiste "en  comprar ocho boletos por tres euros y comparar las cartas que toquen con los resultados que se exponen en la pizarra", explicó el feriante.

No obstante, este sevillano ha notado como en los últimos años "la gente participa cada vez menos, ya que hay muchos puestos dedicados al juego y los regalos", comentó.

Sin embargo, hay otros comerciantes que ya no saben lo que van a inventar para ser más originales y atraer al público.

"Nuestra tómbola es sólo de jamones, vinos y chorizos. En definitiva, lo que le gusta a la gente", afirmó Carmen Sonia Garrido, que trabaja en este mundo desde hace más de 20 años y hace el camino de Linares hasta La Línea. Su juego consiste también en comprar boletos, sólo que "aquí debe reunir las cartas sota, caballo y rey", comento la jienense.

Desde las islas, concretamente Palma de Mallorca, viene la feriante María Celia Sastre desde hace más de 15 años. Con su micro y frases ocurrentes intenta atraer a los linenses y visitantes de la Feria. "La gente no viene mucho, ya que no hay dinero y menos para gastarlo en una tómbola", señaló.

Como buen negocio de tómbola y no una caseta de juego como el tiro de dardos o escopeta, esta mallorquina también vende boletos donde "en el interior se encuentra el dibujo de una fruta que corresponde con  un regalo seguro, según los resultados de la pizarra".

En definitiva, que con las tómbolas, además de llevarse algún regalo, se pasa un buen rato.