Feria de La Línea

Los jóvenes son protagonistas un año más en un gran Domingo Rociero

  • La música, el rebujito y la alegría inundan las calles y plazas de la ciudad en la que la diversión no acabó para muchos hasta que llegó la madrugada en el recinto ferial

Los más jóvenes vuelven a ser los protagonistas del Domingo Rociero, uno de los días más esperados de la Velada y Fiestas que se celebra en la ciudad.

El rebujito calmó la sed de los miles de jóvenes linenses y visitantes que llenaron todos los rincones del centro bailando al ritmo de la música que cada bar hizo sonar en las plazas y calles.

La plaza de Cruz Herrera, y sus calles anexas,  fueron el epicentro de la fiesta y donde la juventud alcanzo el punto más álgido de toda la jornada. Los jóvenes cargaron sus pistolas de agua para rociar con ellas a todos los que allí se encontraban disfrutando, aunque cuando se acabó el agua empezó a volar el vino sobre las cabezas de todos.

La plaza de Fariñas también se llenó de juventud cargada  con carros de la compra repletos de bebida, a pesar de que estos están prohibidos desde el año pasado por parte del Ayuntamiento.

El sábado era difícil encontrar una botella de manzanilla en los supermercados de la localidad, ya que nadie se quería quedar sin su rebujito en este  día tan especial.

Después de una Cabalgata intensa y de la primera noche de Feria, aún quedaban fuerzas para salir a divertirse al centro. Vino fino, tinto o cerveza, todo valía para atenuar el calor que hizo ayer y más teniendo en cuenta que es pleno mes de julio.

Muchos de los jóvenes que llenaron el centro iban cargados con guitarras y cajas flamencas para amenizar  la fiesta animando a todos a participar con ellos en el primer domingo de Feria. Los timbales también sonaron fuerte en las plazas donde la música enlatada no llegaba.

La afluencia de visitantes aumenta año tras año. La mayoría son jóvenes de otros municipios que deciden pasar este día en La Línea ya que el ambiente y la diversión están aseguradas en el Domingo Rociero.

Pero los extranjeros también están presentes en este día. Franceses, ingleses, alemanes,  asiáticos y gentes de todos los rincones del mundo se acercaron a conocer esta fiesta en la calle aprovechando el buen clima de la época estival.

Parte de la calle Carboneros estaba cortada por obras, con lo cual algunos de los bares de la zona no pudieron montar sus barras en  la acera.

Flores en el pelo, camisetas diseñadas especialmente para la ocasión, pelucas con los colores de la bandera nacional, todo vale para compartir con los amigos una jornada inolvidable por las calles de la ciudad, sin olvidar los espectaculares trajes de gitana que lucieron las linenses.

Cuando la bebida se empezó a agotar y el sol comenzó a ponerse, aún quedaban ganas de marcha, por lo que los linenses abandonaron el centro y se dirigieron por la avenida del Ejército al recinto ferial para continuar con la fiesta.

Así, un año más los jóvenes que acudieron al Domingo Rociero protagonizaron una de las jornadas más señaladas de la semana de festejos del municipio, en la que fue difícil llegar seco a casa.

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