–Tiene una gran afición por el flamenco. Ha quedado demostrado con documentales como Alosno, la tierra de las cien músicas o Las idas y las vueltas, Manuel Pareja-Obregón, sin miedo a la caída, ¿sigue esta estela?

–Es fruto de una admiración a la música andaluza en general y al flamenco en particular. En este caso una pieza clave para el documental es el sobrino de Manuel Pareja-Obregón, Celso, quien se pone en contancto con los hijos del artista Manuel Diego, Manuel Diego, Joaquín, Carmen y Arturo Pareja-Obregón. El narrador es Manuel Diego y sus hermanos aparecen con pinceladas.

–Pero no son los únicos que intervienen.

–En el documental también han participado los cantaores Arcángel, Juan Alejandre Juanini de Los Marismeños y Argentina o la rejoneadora Lea Vicens, entre otros.

–¿Qué supuso Pareja-Obregón para las sevillanas?

–Estableció el canon de las sevillanas actuales. Son las tapas de la enciclopedia de este baile y cante popular. Las reduce a cuatro, les da estructura e introduce temáticas como la Semana Santa, rocieras unidas al amor, etc. Se utilizan melodías más aflamencadas que no existían antes.

–Los años 60 supusieron una renovación de las sevillanas

–Y Manuel Pareja-Obregón fue uno de los mayores artífices. Se ocupó de letra y música. Es el padre de las sevillanas modernas y autor de éxitos internacionales como la Salve del olé o Cantinero de Cuba.

–Es curioso que alguna de sus obras parezca que son de siempre.

–No sólo pasa con la Salve del olé, que se ha convertido en un himno rociero, sino también con fandangos como Vente al Alosno, niña.

–¿Cómo era Manuel Pareja- Obregón?

–En el documental se descubre un artista completo, humilde y modesto al que se deberia de tener un reconocimiento por todo lo que hizo con la evolución de las sevillanas.

-Ahora que el Ayuntamiento de Sevilla ha anunciado recientemente que iniciará los trámites para declarar Bien de Interés Cultural a las sevillanas, sería un buen momento para reconocer a tantas personas que han luchado por ellas. En su honor, en 1996 se editó un disco homenaje en el que participaron entre otros Rocío Jurado, Los Marismeños, Cantores de Híspalis, Jarcha, Los del Río, Romero San Juan, entre otros.

–Manuel Pareja-Obregón merece mucho más, no ha tenido el reconocimiento que habría merecido.

–¿Hasta cuándo se mantuvo en la brecha de las sevillanas?

–En los años 80 del siglo pasado se mantuvo en la retaguardia aunque de vez en cuando lanza alguna composición nueva.

–Compuso con Antonio Quintero y Rafael de León.

–Fue un artista de los pies a la cabeza y estuvo con los mejores. En concreto entre los tres firman las letras del disco Los Marismeños, del grupo del mismo nombre y que contenía temas tan famosos como Maruja Limón o los fandangos de Dijo el sabio Salomón. Colaboraron también en el trabajo Sevillanas de la Reina del mismo grupo en el año 1969.

–Lo más granado del panorama artístico nacional interpretó sus obras.

–Todos lo buscaban: Enrique Montoya, Sergio y Estíbaliz, Paloma San Basilio, Rocío Jurado, Marisol, Cantores de Híspalis o Chiquetete.

–¿A qué se dedicó Pareja Obregón cuando dejó de componer sevillanas?

–Era un artista en el más amplio sentido de la palabra.A partir de los años 80 pintaba y esculpía en bronce escenas camperas.

–¿De dónde le venía esta afición y sensibilidad por el mundo del arte?

–Era una especie de hombre del Renacimiento, un artista total. Nació en el seno de una familia aristócrata. Era hijo del séptimo conde de la Camorra, y de Pilar García Agniel de Fonfrede, hija del torero Manuel García Cuesta El Espartero y de la ganadera Celsa Agniel de Fonfrede y Blázquez-Dávila, fundadora de la ganadería brava de Concha y Sierra. Su estilo de vida no siempre fue aceptado por este círculo.