Entrevista a Vicenta Siosi

"La abuela de García Márquez le contaba historias de La Guajira, una tierra mágica"

  • Es la primera autora indígena colombiana en ver publicada su obra literaria y ha participado en la reciente Feria del Libro de Madrid en el homenaje a su país

La escritora Vicenta Siosi

La escritora Vicenta Siosi

–Colombia ha sido protagonista de la Feria del Libro de Madrid ¿Nunca un país tan cercano había estado tan lejos de España?

–Colombia ha sufrido mucho por la guerra de colombianos contra colombianos. La pandemia nos golpeó fuerte, la migración venezolana ha desbordado las ciudades; ser invitados a la Feria de Madrid es un soplo de aire fresco. Reconocemos este gesto de amistad y apoyo. El alcalde de donde vivo me dio la bandera de la ciudad y se ha reseñado la participación de una indígena wayuu en una feria europea. En el avión, el piloto homenajeó a la comparsa del Carnaval de Barranquilla y todos aplaudieron. No somos indiferentes a esta señal de afecto y solidaridad de los españoles.

"Eso es lo que nos hace diversos: lo indígena, lo afro y lo andaluz unidos en la cultura colombiana"

–¿Cómo nos convencería para que conociéramos su país?

–En 2019 Colombia recibió 4.516.000 turistas extranjeros. En la Costa Caribe el verano es eterno. Cada región ostenta sus platos típicos y los sabores son infinitos. El paisaje es exuberante y la gente cálida y allí resulta económico hacer turismo.

–Las raíces de Andalucía están muy presentes en Colombia ¿cómo lo percibe usted?–Lo percibo en la arquitectura, en la religiosidad, con las imágenes traídas de España, la música como el joropo, la comida, los apellidos, nombres de ciudades Lo impregnaron todo. Eso es lo que nos hace diversos: lo indígena, lo afro y lo andaluz unidos en la cultura colombiana.

–¿La vida de un indígena en Colombia ha sido hasta ahora muy diferente a otros compatriotas?

–En 1991, cuando la Constitución Nacional declara a Colombia un país pluriétnico y multicultural, fuimos reconocidos y se nos otorga el derecho a tener dos senadores indígenas, aceptar a las autoridades tradicionales en sus territorios y promover la conservación de las lenguas nativas, entre otros logros. Los 102 grupos indígenas del país tenemos usos y costumbres vigentes y una cosmovisión diferente. Eso nos hace distintos al resto del país.

"Los jóvenes están abstraídos por la televisión y por las redes pero tenemos un grupo que hace vídeos con sus celulares, todo con temática indígena"

–¿Cómo surgió la idea de contribuir a la literatura infantil?

–Vi a los niños de mi ranchería maltratar a una iguana y decidí enseñarles con una historia que los animales sienten. Los ancianos a través de mitos nos enseñan normas de comportamiento, aconsejan; así que usé la pedagogía wayuu. Les leía la fábula que construí: la Señora Iguana, y observé que trataban la naturaleza con respeto. Hoy esta narración se imprime incluso en braille. Si queremos cambiar el mundo debemos formar valores en los niños; los valores equilibran la sociedad.

–¿Ha cambiado mucho la vida de los niños indígenas en estos años?

–Los indígenas antiguamente construían sus juguetes con barro y trozos de madera y en los juegos todos ejercitaban una habilidad. Los mayores fallaron en trasmitir ese saber y los juegos tradicionales cayeron en desuso. Hice una investigación y los compilé en una cartilla. Ahora, algunos maestros los han retomado y los han llevado a las escuelas. Los jóvenes están abstraídos por la televisión y por las redes pero tenemos un grupo que hace vídeos con sus celulares, todo con temática indígena. Otros montan en las redes sus poesías, cuentos, pinturas, dan cursos de wayuunaiki, y eso es maravilloso porque somos un pueblo que todo lo que nos sirve lo adoptamos, y así hacemos con las nuevas tecnologías.

Vicenta Siosi enn la Feria del Libro de Madrid Vicenta Siosi enn la Feria del Libro de Madrid

Vicenta Siosi enn la Feria del Libro de Madrid

–¿Está usted desbordada de ‘realismo mágico’?

–La Guajira es una tierra mágica. Subsistir sin ríos y sin agricultura es sobrenatural. Todas las historias que narro son reales. Alguien me contó que un hombre estéril dijo a su mujer: “ve a donde te hagan unos hijos y vuelves porque necesitamos quien nos acompañe”. La wayuu fue a Venezuela tardó cinco años y volvió con cinco hijos paridos por ella. El esposo los recibió con amor y murió rodeado de esos hijos. Eso sólo ocurre en mi tierra. Mi mamá era narradora y nos contaba historias familiares así. Y eran reales.

"La Guajira es una tierra mágica. Subsistir sin ríos y sin agricultura es sobrenatural"

–Aunque sea recurrente que se lo pregunten ¿los escritores de Colombia tienen muy presente a García Márquez?

–Gabriel García Márquez estuvo influenciado por La Guajira. Sus ascendientes eran de esta tierra. Su abuela le contaba historias de esta zona. Mis narraciones no se pueden deslindar de esta tierra donde todo es posible. Este es mi universo. No conozco otra aurora, no he visto otro sol.

–¿Qué deberíamos hacer cada uno, según usted, para un mundo mejor?

–Que cada quien cumpla con su deber. Si le pagan por ello, con mayor razón. Si los niños de La Guajira no saben leer, es deber del maestro enseñarles porque lo único que necesitan es papel y lápiz. Si el ladrón queda libre es porque el juez fue inepto. Y el que quiera comer, que trabaje. Que cada quien asuma sus responsabilidades y deje de culpar a los demás.

–Es algo siempre polémico ¿qué visión tiene usted de la conquista española?

–Fue cruenta, pero ya pasó. Aprendemos de la historia para no hacer lo mismo, porque es terrible que siglos después se siga matando por un celular o golpeando a otro que no es de mi equipo de fútbol. Necesitamos avanzar para no momificarnos.

-Háganos de guía por su país y por su patria chica ¿Qué deberíamos ver, palpar, comer?

-La Guajira tiene paisajes exóticos. Tenemos una carne de cabra que se prepara de mil formas exquisitas. Es una tierra de contrastes donde el viento habla. El pueblo wayuu está desbordado de saberes. Además, nuestras artesanías vistosas son un arte milenario. A eso hay que añadirle que somos hospitalarios y muy dulces.

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