Entrevista Juan Barbacil

"Sean Connery dijo no al anuncio navideño de Freixenet, se decía que no bebía"

El divulgador de vinos y gastronomía Juan Barbacil

El divulgador de vinos y gastronomía Juan Barbacil

En la vida de Juan Barbacil (Zaragoza, 1960) se reúne, por vía familiar, el amor por los vinos, la pasión por la gastronomía española en general, y la aragonesa en particular, y un mimo por la literatura con la que ha plasmado sus experiencias. Breve historia de la cata, Vinos de Aragón, con Miguel Lorente, o su participación en El gran libro de la cocina aragonesa son algunas de sus obras. Ese conocimiento de las bodegas españolas le llevó a vivencias imprevistas como formar parte de los míticos anuncios de Freixenet.

-Al lector lo que le va a llamar la atención de usted es cómo se llega a formar parte del equipo de los recordados spots navideños de las burbujas, con tantas estrellas que pasaron por ellos.

-No son cosas que lleguen de casualidad aunque se produzcan de carambola. Mi relación con el grupo Freixenet se remontaba mucho tiempo atrás y el vínculo más estrecho arranca cuando hace 30 años yo era el presidente nacional de las tiendas especializadas en vino. Hablo de años en los que no había internet, no había tantas grandes superficies y quizá El Corte Inglés era el único gran comercio que podía atender referencias concretas. La difusión de los vinos, de las denominaciones, se hacían a pico y pala.

-La promoción de los vinos se hacía entonces de tienda en tienda, de barra en barra. Vender 'on line' era una quimera.

-En mi asociación negociábamos con grandes bodegas para, a través de los escaparates, hacer promociones importantes. Una de las compañías con las que me tocó negociar para estar destacada en los cien escaparates de las cien mejores tiendas de vinos de España fue Freixenet. Ahí me toca hablar con el director de comunicación y marketing y voy recibiendo pequeños encargos hasta que el asunto va a más. Yo entro en lo de los anuncios a principios de los años 90. Ya habían impactado con Gene Kelly, Raquel Welch, Shirley McLaine con Miguel Bosé...

-¿Qué agencia elaboraba esos anuncios de producción de cine?

-Tuve la suerte de trabajar con la agencia de Leopoldo Pomés y con su jefe de producción, Josep Llorens. yA partir de ahí cada año era una aventura, cada campaña navideña era una oportunidad para conocer de cerca grandes estrellas. Era un banco de pruebas y experiencias distintas. Fueron casi 25 años...

-Eran aristas entonces inaccesibles, Don Johnson, Kim Bassinger, Demi Moore, Andie McDowell... 

-Los artistas no son tan inaccesibles en el trato directo. Lo más complicado son los mánagers. Y cada mánager es muy distinto.  Hay un tránsito después a los artistas españoles, con el elenco de Belle Epoque, con Penélope Cruz, trabajamos también Montserrat Caballé, Alejandro Sanz, estrellas españolas a las alturas de Hollywood.

El gastrónomo Juan Barbacil El gastrónomo Juan Barbacil

El gastrónomo Juan Barbacil

-El disfraz de las chicas burbuja es un clásico. Pero las de verdad, ¿cómo se elegían a esas chicas?

-Todas eran bailarinas. Alumnas o profesionales de la danza. Pomés iba de ruta por las escuelas de baile y contaba con las mejores. Iba con un plató móvil, con sus cámaras, en dos camiones enormes. Se elegían distintos perfiles. En los cien años de la marca contamos con cien artistas para que cada uno de ellos interpretarse una obra suya. Eran botellas de Brut Barroco que cada uno varió a su estilo, convertidas en pinturas, esculturas. Estaba previsto para un stand en Alimentaria pero al final la exposición viajó por toda España, en varios museos.

-Trabajaron con Penélope Cruz cuando tenía un pie en Hollywood. 

-Y fue complicado porque estaba bajo la influencia de Tom Cruise, no sé qué grado de pareja eran. Era absolutamente imposible contactar con ella. Hablamos con Bigas Luna, su mujer era de un pueblo de Zaragoza, Monegrillo, así ese fue el enlace que pude aprovechar a través de un amiga. Y Bigas nos dice, para contactar con ella hay que hablar con un tal Luis Alegre. Y era un amigo mío, también de Zaragoza, con el que había hecho teatro y radio. El mundo a veces es así de pequeño. Luis me puso directamente a Penélope al teléfono. Con ella hicimos unos spots muy bonitos, en un tono muy mágico, en el desierto. 

-¿Cuándo se preparaban esos anuncios de la Navidad?

-La producción comenzaba por estas fechas, entrado el verano. Las ideas se trazaban desde principios de año, pero para contar con los actores tenía que ser con poco margen, buscando huecos después del verano. Se grababa en octubre pero a veces estuvimos muy ajustados. El estreno, siempre en diciembre.

-¿Hubo grandes estrellas que dijeron no?

-Bruce Willis nos dijo sí pero le salió una jungla de cristal, la tercera o la cuarta, y lo tuvo que dejar. Lo teníamos a tiro, nunca mejor dicho, pero finalmente no pudo ser en otros años. Con Sean Connery lo intentamos varias veces y no quiso. Se decía que no bebía, que los anuncios de alcohol no le gustaban.

-Más que alcohol era cuestión de dinero...

-No creo. Tal vez no le gustaba aparecer anunciando un vino. Yo no estaba aún cuando se grabó el anuncio de Gene Kelly, pero por lo visto aunque estaba mayor llegó al plató y lo rodó todo de corrido. Fue una experiencia asombrosa para los demás. Pidió cambiar la iluminación y las cámaras y todo en un día cuando se había previsto todo para un par de semanas. Era un genio. Interpretaba Cantando bajo la lluvia, con el paraguas, con las chicas alrededor. Lo podéis ver en Youtube, es increíble. Era un genio (fue en 1981, Gene Kelly tenía 69 años).

-Y Banderas con Sharon Stone.

-Ambientado en el Queen Mary. Él se disfrazaba de Papá Noel y hay una historia de amor. ¿Quién era el guionista? Pues nada menos que Carlos Ruiz Zafón. La modelo Laura Ponte lloraba de verdad en su spot porque estaba emocionada con la canción de Alejandro Sanz ¿Y si fuera ella?. Estaban  también ahí Maribel Verdú y Ainhoa Arteta. Lo de Ponte nos dejó a todos asombrados.

-¿Además de Gene Kelly, qué otra estrella asombró por su eficacia?

-Pierce Brosnan cumplió el contrato a rajatabla, en el rodaje Barcelona. Es un fenómeno. Un seductor, hacía bromas como que parecía que se le caía la botella y se ganaba a todas. Después atendió a los medios españoles con Nieves Álvarez en Mar-a-Lago, la mansión de Donald Trump en Florida. Aquel fue un viaje memorable que pueden recordar los periodistas que fueron. Siempre se rodaba en Barcelona pero las ruedas de prensa se hacían donde estaban trabajando las estrellas, porque salía más barato. En la expedición iban periodistas de prensa económica y del corazón, vaya mezcla. Con Demi Moore fuimos a Berlín, entonces ella estaba con Ashton Kutcher. En la fiesta había tarta como en una boda. Y al día siguiente se presentaban los datos económicos, todos muy serios.

-El estreno del spot de Freixenet se anunciaba incluso en la prensa.

-Como si fuera un programa. Se hacía versiones de tres minutos y otra de un minuto. Se estrenaban en vísperas navideñas.

-Pero ya será Navidad en cuanto colguemos el bañador.

-Las campañas navideñas son ya desde octubre. Los tiempos han cambiado porque todo ha cambiado mucho.

-¿Por qué ya no funcionan tan bien, como en otras épocas, los anuncios navideños?

-Todo era más fácil de dosificar cuando había pocos canales. Ahora nos dispersamos entre pantallas. Hubo una campaña que se hizo digital por ese motivo.

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