25º Congreso Nacional de la Empresa Familiar

La empresa familiar pide “rigor” al Gobierno frente a las “ocurrencias” en plena batalla fiscal

Andrés Sendagorta, presidente del IEF, durante su discurso de clausura del 25º Congreso Nacional de la Empresa Familiar.

Andrés Sendagorta, presidente del IEF, durante su discurso de clausura del 25º Congreso Nacional de la Empresa Familiar. / Rafa Martín · IEF

La brecha abierta entre el Gobierno y las empresas familiares se agranda. Desde que Pedro Sánchez llegó al palacio de la Moncloa, la relación con el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) ha sido tensa, marcada por sus desplantes, primero, y su ausencia después.

El desencuentro quedó este martes patente en la clausura del 25º Congreso Nacional de la Empresa Familiar. El presidente del IEF, Andrés Sendagorta, quien también preside la ingeniería Sener, explicitó que por tercera vez consecutiva, Sánchez ha preferido no participar en la cita anual de las organizaciones que aglutinan al 90% de las compañías españolas, que generan el 60% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 70% del empleo privado nacional.

La presencia del presidente del Gobierno y del jefe de la oposición del momento en cada congreso ha sido una sana costumbre que la empresa familiar había convertido en tradición. Cuando Sánchez accedió al poder al prosperar la moción de censura a Mariano Rajoy a mediados de 2018, sí acudió en octubre de ese año al 21º Congreso celebrado en Valencia, aunque a partir de ahí se abrió una brecha que no se ha cerrado.

Sánchez les dijo que las empresas no tributaban por lo que les correspondían –literalmente afirmó que pagaban apenas un 10% del Impuesto de Sociedades– y el IEF pidió públicamente datos que sostuviesen esa acusación porque “las empresas familiares pagan el tipo de Impuesto de Sociedades” que les corresponde, según replicó Francisco Riberas, presidente de Gestamp y en aquel momento presidente del IEF.

Al año siguiente, Sánchez plantó a los empresarios en Murcia. Y la situación se ha repetido en 2020 en Madrid, en 2021 en Pamplona y este año en Cáceres.

Sendagorta lo lamentó sin tapujos en su discurso de clausura del 25º Congreso Nacional de la Empresa Familiar. “Quiero confirmarles que hemos invitado al presidente”, le dijo al auditorio para no eludir el tema de la ausencia de Pedro Sánchez, que reconoció que genera interés.

“Nos hubiese encantado contar con la presencia del presidente”, confesó a renglón seguido Sendagorta, quien inmediatamente agregó: “Y quiero asegurarles que el año que viene le volveremos a invitar porque para nosotros es un gran honor poder contar con la presencia del presidente del Gobierno de España”.

El aldabonazo al jefe del Ejecutivo se produjo al tiempo que reivindicó la capacidad del colectivo de la empresa familiar para aportar al progreso del país. Lo hizo con una cerrada defensa del papel de los empresarios, “nada que ver con leyendas negras llenas de puros y chisteras que algunos tratan de difundir”, en una referencia directa a algunas de las afirmaciones recientes de Sánchez contra la clase empresarial.

Y cumpliendo con ese papel reclamó la pertinencia de que se les escuche, con vistas a contribuir a una gobernanza con “rigor” y que huya de las “ocurrencias” en un contexto de ataques del Ejecutivo a las empresas en el marco de la batalla fiscal.

Sendagorta dijo que las empresas familiares quieren “ayudar” y creen que pueden “hacer más si se tiene en consideración” su “criterio”. “No pretendemos imponer nada, pero sí que se nos escuche”, precisó antes de reivindicar: “En definitiva, pedimos que la sociedad y nuestras autoridades entiendan que las empresas familiares, grandes, medianas y pequeñas, son un pilar esencial en nuestro modelo de sociedad”.

Fue el remate a un discurso que ya antes había sido crítico con la política del Gobierno. “Pedimos que impere la reflexión y el análisis riguroso al definir medidas que inciden en nuestra actividad”, afirmó Sendagorta, que reclamó también que, al tomar decisiones, al legislar, no se creen para las empresas barreras competitivas que pongan a las compañías españolas en posiciones desfavorables respecto de las que existan en otros países de su entorno.

Expresó Sendagorta la firme vigencia del papel constitucional de las empresas y de su vocación por seguir trabajando por hacer fuerte y próspera España sea cual sea la dificultad que haya que afrontar. “Nosotros somos de aquí. y no nos vamos a ir”, dijo. Y advirtió: “No nos han podido echar las pandemias. Ni podrá con nosotros la inflación, ni la crisis energética y espero que tampoco la marejada fiscal que vivimos estos días”, dijo en una advertencia al Gobierno.

“En una situación de grandes carencias en España, nuestros padres y abuelos nos enseñaron que a las dificultades hay que hacerles frente, y eso es precisamente lo que estamos haciendo”, afirmó antes de reafirmar su papel como sociedad civil: ”Pero no nos vamos. Aquí seguimos y aquí seguiremos”.

Porque el presidente del IEF cree que es precisamente en estos tiempos de incertidumbres, cuando una sociedad más sensibilizada puede entender y valorar mejor, la enorme contribución que realizan sus empresas.

“Tengamos la valentía, como país, de rehuir las tentaciones populistas de todo signo a las que otros están sucumbiendo”, dijo en lo que pareció una referencia a la parte del Gobierno que está en manos de Unidas Podemos.

Y animó por ello a evitar “la polarización” apostando “por la moderación para construir un marco de relaciones estables que permitan proyectar un futuro a largo plazo”. “Para nuestro país y para nuestras empresas”, recalcó Sendagorta.

Tras señalar que es tarea de todos hacer más fuertes todas las instituciones que representan y vertebran a España como sociedad, Andrés Sendagorta hizo un llamamiento: “Huyamos de las ocurrencias y apostemos por el rigor”. Y puntualizó que en esa tarea siempre podrán contar con las empresas familiares.

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