Economía

El Gobierno convoca el debate del estado de la nación para coger aire ante un duro otoño

Pedro Sánchez, el pasado mayo en el Congreso en el debate sobre el espionaje de Pegasus

Pedro Sánchez, el pasado mayo en el Congreso en el debate sobre el espionaje de Pegasus / Eduardo Parra / EP

El Gobierno espera que después del éxito organizativo de la cumbre de la OTAN, el debate sobre el estado de la nación que se celebrará del 12 al 14 de julio le permita también "coger aire" tras reveses como el sufrido en las elecciones andaluzas y ante un otoño difícil política y económicamente.

Se daba por hecho desde hace semanas que ese debate, que no se convocaba desde 2015, se fijaría para esas fechas, pero la comunicación oficial la ha hecho el Ejecutivo este viernes, un día después de clausurada la cita de los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica.

Una cumbre que ha puesto el foco en la escena internacional aunque no ha impedido el protagonismo de asuntos de política doméstica como el nuevo choque entre los socios de coalición sobre el aumento del gasto en defensa y la pretensión de Estados Unidos de aumentar el número de destructores que tiene desplegados en la base naval de Rota (Cádiz).

Sánchez ya destacó la trascendencia de la cumbre para la buena imagen de España, y fuentes del Gobierno resaltan que ha servido también para poner en valor la figura del jefe del Ejecutivo.

"La unanimidad de los elogios a la organización del evento son un acicate a la tarea que está desarrollando", afirman a la vez que recuerdan y agradecen que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se haya sumado a las felicitaciones por el éxito de la reunión de Madrid.

Pero terminada la cumbre, la política interna recobra de nuevo pleno protagonismo antes del paréntesis del verano y el Gobierno confía que el debate sobre el estado de la nación le insufle aire.

Ha sido el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien ha confirmado las fechas del debate poco antes de que el Ejecutivo remitiera al Congreso la comunicación correspondiente.

En el debate, al que el Gobierno afirma que acudirá con talante "abierto y dialogante", Sánchez pretende hacer un ejercicio de pedagogía de todo lo que ha puesto en marcha a lo largo de la legislatura para atender de forma especial a los más vulnerables ante las consecuencias de la pandemia de coronavirus o de la guerra en Ucrania.

El principal mensaje es que ha estado comprometido y lo seguirá estando hasta el final de la legislatura con facilitar "el bienestar de los españoles".

Hace mención el documento a los problemas derivados de la inflación a la vez que recuerda el decreto con las medidas que pretenden ayudar a superar sus efectos, y destaca la aprobación de los presupuestos de 2021 y 2022 como herramientas fundamentales para dotar de estabilidad institucional, certidumbre económica y cohesión social a España.

Espera el Gobierno que calen en los ciudadanos sus mensajes en un debate de tanta trascendencia pese a asumir que el PP seguirá en su línea de "extrema dureza" (aunque no podrá participar Feijóo) y que no será sencillo el cara a cara con los socios parlamentarios.

Las exigencias de aclaración de lo sucedido el pasado viernes en el asalto a la valla de Melilla o del espionaje político con el sistema Pegasus son algunos de los asuntos que auguran enfrentamientos verbales de Sánchez con los representantes de los grupos parlamentarios.

Los habrá también previsiblemente entre los coaligados en el Gobierno si el jefe del Ejecutivo aprovecha el debate para, tal y como ha avanzado, pedir apoyo en sede parlamentaria a un aumento paulatino del gasto militar con el objetivo de llegar al 2% del PIB en 2029.

Unidas Podemos ya ha expresado su rechazo (al igual que al aumento de los destructores estadounidenses en Rota), reiterado este viernes por la ministra de Igualdad, Irene Montero, y Sánchez ha apelado a los partidos que están a la izquierda del PSOE a que hagan una reflexión sobre la necesidad de aumentar las capacidades de disuasión tras la invasión rusa de Ucrania.

Uno de los ministros de la formación morada, Joan Subirats, responsable de la cartera de Universidades, sí se ha desmarcado de la línea de Unidas Podemos y ha considerado este viernes justificado el aumento del presupuesto en defensa por el incremento de los riesgos.

Ese aumento del gasto militar será uno de los escollos de la negociación que habrá en otoño para intentar sacar adelante el proyecto de ley de presupuestos para 2023.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asumido que las negociaciones serán complejas no sólo entre los socios, sino con todos los grupos políticos, pero ha apostillado que nunca es sencillo.

Junto a las tensiones inflacionistas y el endurecimiento de las posiciones de los partidos al ver ya más cerca las elecciones municipales, autonómicas y generales, esas conversaciones para intentar sacar adelante las cuentas el Estado del próximo año auguran unos meses nada sencillos para el Gobierno a la vuelta del verano.

Pero en Moncloa se sigue confiando en llegar hasta el final de la legislatura, en diciembre de 2023, con el apoyo de los socios de investidura.

A ellos hará un llamamiento Sánchez en el debate sobre el estado de la nación para apostar por la estabilidad y mantener unas políticas progresistas que cree que son las que necesita España ante los retos y dificultades presentes y futuros.

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