Otro tren que se escapa

El Algeciras BM perdió en su visita a la pista del CB Torrevieja por un ajustado 33-30 que demuestra que los albirrojos dieron la cara. El Algeciras empezó mal pero en el tramo final del primer tiempo fue capaz de mejorar en defensa y recortar diferencias. En el segundo tiempo las ventajas mínimas favorables de los locales se mantuvieron aunque los visitantes acariciaron el empate (30-29), sin embargo, dos pérdidas en los últimos cinco minutos sentenciaron a los de Ricard Franch.

El partido arrancó con un BM Torrevieja que se mostró muy superior al Algeciras, que no era capaz de parar en defensa a los jugadores locales. Los alicantinos protagonizaron una salida fulgurante con un parcial de 5-0 en los primeros cinco minutos que hacían presagiar un compromiso plácido para los de casa.

La cosa no terminó ahí y el Torrevieja siguió con una facilidad anotadora pasmosa en los siguientes minutos aunque descuidó un poco su defensa viendo que tenía suficiente con su inspirado ataque y la efectividad del meta Pejanovic. El Algeciras tardó en inaugurar su marcador pero al menos limó la desventaja en el electrónico a los diez minutos de juego (9-4).

A partir del cuarto de hora de encuentro las tornas cambiaron por completo y si hasta el momento los locales habían brillado con Gurbindo y Rochel estelares en ataque, poco a poco se fueron apagando, quizás por un exceso de confianza, y permitieron que el Algeciras consiguiera recortar distancias de forma tímida aunque efectiva.

Fue entonces cuando aparecieron Ricard Reig y Guillermo Redondo -este último poco habitual en el extremo albirrojo-. Manolo Laguna, técnico local, se vio obligado a solicitar tiempo muerto debido a la relajación que protagonizaron sus jugadores, mientras el espoleado Algeciras recortó hasta alcanzar el 18-15 con el que se llegó al paso por vestuarios.

Dio la sensación que el partido había cambiado por completo y que del monólogo inicial del Torrevieja se estaba pasando a un encuentro más igualado dado la mejoría de los visitantes en el balance ataque-defensa. El trabajo en la presión de Borja Fernández resultó decisivo.

El segundo tiempo se antojaba emocionante, una vez que el Algeciras había superado su mal comienzo de partido. Faltaba ver si lo nervios se apoderarían de los jugadores del Torrevieja a la hora de la verdad o si por el contrario serían capaces de volver a sorprender con otro arranque espectacular.

En la reanudación, el Torrevieja mantuvo una ventaja de entre cuatro y cinco goles, sobre todo, gracias al acierto en ataque de su central, el alicantino Abraham Rochel, que condujo a la perfección las riendas de su equipo y soltó el brazo casi siempre.

Sin embargo, en el último cuarto de hora, el equipo albirrojo se volvió a rebelar contra el marcador. La defensa se centró y entre Valero Rivera y Gabi González reventaron al contraataque a los locales. Ambos comandaron la reacción final.

Así, a falta de cinco minutos para la conclusión, el Algeciras BM se colocó a un solo gol (30-29). Fue el instante clave del partido, en los instantes calientes del encuentro.

Entonces decidió la superioridad técnica del equipo de Manolo Laguna. El Algeciras se vio condenado por un par de pérdidas de balón -la juventud de sus pupilos volvió a pasar factura- y Rochel hizo que los suyos no pasaran apuros en los minutos cruciales. El marcador, a pesar de la buena imagen de los albirrojos, se decantó para un Torrevieja con un punto más de calidad y físico.

Pasó la ocasión de puntuar por cuarta jornada consecutiva y los de Franch seguirán en descenso al menos hasta el miércoles, cuando recibirán al Valladolid. Al menos el colista pinchó otra vez y la permanencia sigue estando a un solo punto.