El silencio de los corderos
El entrenador del Cádiz, Jose González, tiene motivos para pedir que no se hable de los árbitros: sin los errores de los colegiados, la Balona, beneficiada sólo una vez, tendría seis puntos más y estaría por delante de su equipo, de presupuesto muy superior
El entrenador del Cádiz, Jose González, aprovechó su comparecencia semanal ante los medios de la capital para enviar un mensaje el pasado viernes tanto a Alfredo Gallardo, presidente de su próximo rival, la Real Balompédica, como a este periódico: no se debe hablar de los árbitros. La explicación de la conducta del técnico cadista –que por lo que se ve entiende que está legitimado para dictar las normas de conducta– no tardó ni veinticuatro horas en llegar. De no haber existido los perjuicios arbitrales el equipo de Rafa Escobar estaría a estas alturas de competición por delante del que el dirige, pese a que multiplica varias veces el presupuesto de los albinegros.
Alfredo Gallardo lo dejó claro después del partido del pasado sábado en Carranza, que finalizó con empate a un tanto después de que el colegiado sevillano Jorge Figueroa Vázquez decretase un penalti inexistente a favor del Cádiz. “No estoy diciendo que haya mano negra, que no se pongan en mi boca afirmaciones que no me pertenecen, pero que se están equivocando en contra de la Balona, seguro”, dijo.
La razón ampara al mandatario albinegro. De acuerdo a las crónicas publicadas por este diario, las decisiones de los colegiados han privado directamente al equipo de Escobar de nueve puntos y sólo en una ocasión conquistó uno como consecuencia directa de un fallo del colegiado. Conclusión, a la Balona le faltan ocho puntos (nueve menos uno) y al Cádiz le sobra, como poco, el que sumó en el derbi provincial. Para realizar este estudio se tiene en cuenta que los penaltis son siempre transfomados, por mucho que eso sea una hipótesis.
Los de Carranza aventajan a los albinegros en seis puntos en la clasificación oficial. Dicho de otra forma, la Balona sería primera.
A lo largo de la temporada sólo en una ocasión, en Lucena, la labor del trencilla resultó determinante a favor de los de los de La Línea. En el minuto 83’ y con 0-0, resultado con el que finalizaría el choque, Alberto Merino cometió penalti sobre Hugo Díaz y el onubense adscrito al colegio de Sevilla Jesús Arroyo Cortés no lo decreto.
También generó polémica la expulsión del jugador del Almería B Alberto al borde del descanso del duelo con la Balompédica del pasado 15 de enero. El resultado era de empate en esos momentos y la Balompédica acabó goleando. Este periódico no dudó en tildar de “rigurosa y excesiva” la decisión de Enrique Jesús Figueroa Vázquez (hermano del árbitro del pasado sábado), pero estuvo dentro de lo reglamentario, ya que el futbolista puso el balón en juego después de una falta sin autorización del juez de la contienda.
En el plano contrario quedan dos partidos en los que, ante la duda, esta redacción decidió no decantarse del lado de los linenses, mientras otros medios arremetían contra los colegiados. Sucedió en el Balona-Lorca (1-1), cuando en el minuto 90, tras un cabezazo de Joao, el balón pegó en la mano de un defensa dentro del área. El árbitro (Sánchez Laso, de Cáceres) entendió que no hubo voluntariedad y su decisión no estaba, como poco, muy lejos de la verdad. Tampoco cargó las tintas Europa Sur contra Ángel E. Álvarez Pinardo, que en el Balona-Cacereño (0-0) anuló dos goles en apenas tres minutos a Chico Díaz por posición antirreglamentaria. “Casi seguro, de forma correcta”, decía la crónica.
Lo que queda claro es que, como bien defiende Alfredo Gallardo, nunca se equivocan del lado linense.
Es más, en el La Unión-Balona (2-1) del 27 de noviembre, nadie duda de la mano de Juanpe Berga que dio origen al penalti que supuso el 1-1. Pero esa jugada llega precedida de un golpe indirecto al tomar con las manos el balón el meta Pagola en una acción en la que la cesión era más que discutible. Por no hablar del partido en El Ejido, donde los de Escobar vencieron 0-1 pese a quedarse con nueve.
Los partidos en los que las imágenes no dejan lugar a dudas sobre el perjuicio arbitral son los siguientes: Ceuta-Balona, jornada duodécima (2-1). Los caballas anotan su primer tanto con un penalti que es un clamoroso error de Villena Contreras (Castilla-La Mancha), ya que la falta de Javi Gallardo a Guzmán se produjo fuera del área (un punto menos).
Dos semanas más tarde, en el Betis B-Balona, el tinerfeño Jonatahn Cruz Quintero dejó de sanciones tres penas máximas: Una a favor del Betis B y dos, de la Balona. El encuentro acabó 1-0 y se entiende que se hubiese ido al 2-2 (un punto menos).
El Balona-Melilla fue el que acabó de encender los ánimos del entorno de la entidad de La Línea. El castellano-manchego Luis Collado López invalidó un gol de Juampe Rico por un fuera de juego inexistente (como demostraron las imágenes de Canal Sur) y dejó de señalar un penalti por manos de Velasco (49’). Nadie discute la pena máxima que dio origen al tanto norteafricano. El partido acabó 0-1 (tres puntos menos).
Y después de una polémica menor en el partido con el Sevilla Atlético llegó el partido del Cádiz. Jorge Figueroa se inventó el penalti de marras. El derbi acabó 1-1. (Dos puntos menos).
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