De salvador, a balono confeso

Gil Moya, que aportó en julio 200.000 euros para evitar el descenso de la Balona, sale del anonimatoy afirma que realizó el desembolso "por simpatía" a los albinegros que le han "captado" como seguidor

Rubén Almagro

14 de octubre 2009 - 07:11

El pasado tres de agosto, en una asamblea plagada de caras expectantes, el presidente de la Real Balompédica, Alfredo Gallardo, explicó que dos empresarios, el linense Manuel Gavira y el sevillano Luis Gil Moya, habían evitado, con sus aportaciones económicas, que el equipo de La Línea se despeñase a la Primera Andaluza por moroso. Los asistentes, balonos todos, prorrumpieron en una prolongada ovación que tenía muchísimo de agradecimiento. El dinero entregado por ambos permitió reunir los 430.000 euros que reclamaban en la Comisión Mixta (Afe-Liga de Fútbol Profesional) los integrantes de la plantilla que la pasada andadura descendieron a la Balona a Tercera.

El industrial explica que le unen lazos familiares a Pedro Buenaventura Gil -padre del ex entrenador de la Balompédica Pedro Buenaventura Ugia- una auténtica autoridad en el Real Betis Balompié. "A través de él he estado vinculado siempre al fútbol y cuando llegué a La Línea decidí apoyar a la Balompédica porque me cayó bien y porque es muy fácil darse cuenta lo que significa ese club en esa ciudad", explica Gil Moya.

"Aunque parezca una paradoja no me lo pidió nadie", recalca una y otra vez. "Yo tenía amistad con Mario Galán -gerente de la Balompédica- pero por cuestiones que nada tienen que ver con el fútbol y aunque todo el mundo dice que ha habido peticiones o que haya favores de por medio nadie, pero absolutamente nadie se dirigió a mí para pedirme dinero".

"Lo que sucedió es que cuarenta y ocho horas antes de la fecha límite para realizar los pagos tanto Mario Galán como el presidente, Alfredo Gallardo, me explicaron con detalle cuál era la situación y fui yo el que tomó la decisión de dar el paso adelante aportando 200.000 euros".

"Lo que sí tengo muy claro es que nadie tiene por qué darme las gracias", dice con enorme rotundidad. "Yo voy a La Línea tres días en semana y es verdad que alguna persona me ha abrazado y me ha llegado a emocionar al ver lo que supone la Balona para la ciudad, pero yo no soy importante".

"Lo que sí han conseguido ha sido captarme, porque ya me siento un balono más y siempre que pueda, sea en La Línea o fuera, voy a ir a ver los partidos", garantiza.

Luis Gil Moya presenció el pasado domingo en el palco de autoridades del Francisco Bono la primera derrota del equipo que entrena Eduardo Vílchez, que se produjo a manos del Alcalá, pero él incluso se atrevió a bromear con el resultado: "Aunque hayamos perdido no me he arrepentido de haber puesto el dinero", dijo entre risas. "Lo que sí he preguntado es si seguíamos líderes y cuando me han dicho que sí, pues nada, tranquilos, que de vez en cuando hay que perder, entra dentro de la lógica".

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