Reyez Estévez. Atleta de la selección española

"He perdido fuerza explosiva, pero he ganado en dureza e inteligencia"

  • El veterano mediofondista competirá mañana en 3.000 metros "en perfecto estado"

"Usted no sabe quien soy yo. Soy un hombre planetario". No, no es Reyes Estevez quien dice esto. Aunque sí, sí es un hombre planetario. La voz que pronuncia estas simpáticas palabras es la de Chiquito de la Calzada, como una letanía que entretiene a la persona que llama al protagonista de esta entrevista. Una cara conocida del atletismo, una cara internacional que empezó a ganar títulos en 1994 cuando se coronó como campeón de España júnior en la categoría de 1.500 metros.

Su categoría natural, pero no por la que competirá mañana domingo a las nueve menos veinte de la noche. "Es el comienzo de temporada y ésta es una prueba muy buena para probarme. Tiene una belleza, tiene un ritmo que no te lo da el 1.500", explicaba vía telefónica, pues el atleta se encontraba en Madrid ayer, desde donde viajará hoy hasta tierras isleñas. "Ahora mismo me encuentro preparando la temporada, tengo mucho volumen de trabajo y este 3.000 me viene muy bien para la preparación", apuntaba.

Su objetivo esta temporada es hacer un gran papel en el Campeonato Europeo de finales de julio en Barcelona. Para este momento ha enfocado la temporada este atleta consagrado. Consagrado y veterano. Una experiencia que tiene sus aspectos buenos y malos, pero a la que ha sabido adaptarse a sus 33 años. Estévez reconoce que, evidentemente, la rutina de trabajo cambia conforme pasa el tiempo.

Hay que cuidarse más porque la capacidad de recuperación es menor. Pero, "frente a la posible merma física, frente a la inevitable pérdida de fuerza explosiva, el atleta gana en solidez, en dureza", apunta. Y también lo hace en inteligencia a la hora de preparar su estrategia. "Obviamente es imprescindible que las sensaciones sean buenas. No sólo en el momento exacto de la carrera, sino también antes". Y lo son, confiesa Reyes.

Su estado de forma es óptimo. Y su visualización de la carrera, clara. Sabe que va a tener una velocidad media, sabe que tiene un gran rival con el que, si las cosas no se salen de pronóstico, medirá sus fuerzas. Se trata del portugués Rui Silva, otro veterano y el único que junto a él, baja de los 7:50. Su carrera, apunta Estévez, está planificada para tener su punto álgido en los últimos metros. Ésos son los metros que a él se le dan bien, son los instantes en los que realmente disfruta. Es su momento preferido. "En esos segundos de desenlace se desarrolla toda la estrategia que tienes planificada. Si te encuentras bien justo entonces, sacas toda la fuerza interior y reaccionas con todas tus fuerzas". En ese momento, en ese último instante, la rivalidad es máxima. "Miras hacia los lados e intentas medir cómo van los que están a tu lado, cómo se encuentran ellos y si están peor que tú", matiza.

Junto al atletismo, al que ha dedicado toda su vida, su otra gran pasión, pero a nivel de aficinado, es el motociclismo. Este fin de semana además se presenta interesante con la rivalidad Rossi-Lorenzo en Mugello. Pero más interesante será su duelo en el tartán, bromea. Aún así, confiesa, no cree que uno y otro deporte tengan mucho que ver. En el suyo, el que domina, "el motor es el corazón, es una competición contra la propia resistencia individual, en la que el cuerpo es la máquina", confiesa.

Y Reyes tiene la máquina a punto. El motor en perfecto estado. "Es lo bonito de este deporte, que dependes de tí, de tu cuerpo, de tu estado y de cómo lo trabajes", concluye.

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