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"El miedo te mantiene alerta, es fundamental"

  • Diez cornadas jalonan el físico de David Galván, que se siente un vecino más de Los Barrios, donde llegó en 2010 para hacer realidad el sueño de ser torero

Diez cornadas jalonan el cuerpo del matador de toros David Galván, que tiene en el horizonte una treintena de corridas esta temporada, de las que ya ha superado los dos tercios. "Yo siempre quiero más", aclara, como si quedara alguna duda.

El momento más importante del presente año es, sin duda, el que le permitió cortar una oreja en Las Ventas a Verdiale, un astado de la ganadería de Gavira que le propinó una cornada que obligó a que el torero fuese intervenido en un gemelo y que le produjo, además, una notable lesión de abductores. A pesar de todo apenas diez días después, con la herida aún drenada, ya estaba vestido de luces otra vez. "Es verdad que un triunfo en Madrid no te da lo que antes, porque también hay menos corridas, pero ese día no tenía nada por delante y mira", la explica a la remera linense Valeria Palma, que no hace nada por ocultar su admiración por la capacidad del diestro para superar las adversidades físicas.

"¿El miedo? El miedo es fundamental, es lo que te permite estar alerta", responde mientras se señala una monumental cicatriz en su brazo derecho. "Cuando dudo la miro y me ayuda a saber que hay que seguir sufriendo. Durante los dos meses que tuve el brazo vendado me preguntaba si podría volver a torear o tendría que renunciar a mi sueño y empezar otra vida, de cero. Eso sí que da miedo".

El matador de San Fernando se sorprende de los numerosos paralelismos que existen entre su sacrificada vida y la de su compañera en La Tertulia de Europa Sur. Como Valeria Palma, no cree que se esté perdiendo nada fuera del mundo taurino ("lo único que llevo mal es que no estoy viendo crecer a mi hermana"), y tampoco se deja deslumbrar por los halagos. "Estoy peleando por mi sueño. Aquel día en Madrid, por ejemplo, no lo pude celebrar porque estaba en el hospital, pero yo no me sentía especial, sentía que había cumplido con mi deber".

Galván asegura que muchas veces en las horas previas a una corrida, mientras su mozo de espadas le detalla el resultado del sorteo, siente más preocupación por la posibilidad de no llegar a expresar su sensibilidad sobre el ruedo que por el evidente peligro que le espera. "A veces cohíbe más el miedo al fracaso que el de una posible cogida, porque en eso no piensas, si no no saldrías a torerar".

Galván pasa de puntillas por la eterna polémica con el colectivo antitaurino ("yo creo que lo lógico es que, ante todo, haya mucho respeto por parte de todo el mundo") y detalla sus interminables desplazamientos por carretera. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana llegó a completar 3.200 kilómetros en tres días.

El diestro se muestra especialmente agradecido a aquellos incondicionales que siguen sus pasos por toda España ("no sé cómo devolverles el cariño que me dan") y admite que para él torear en la comarca supone siempre "algo especial".

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