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Aquellos maravillosos años

  • Juano y Berenguer, que coincidieron en el vestuario de la Balona hace un cuarto de siglo, protagonizaron hace una semana un emotivo reencuentro en Los Barrios Ambos se deshacen en elogios para un club y una ciudad en la que protagonizaron momentos inolvidables

Juan Antonio Muñoz Torres Juano y Diego Berenguer coincidieron en la Balompédica a finales de los años ochenta, compartiendo el marco del conjunto de La Línea con Domingo Moreno. El pasado domingo se reencontraron en el San Rafael de Los Barrios, donde el primero celebró el ascenso a Tercera de una UD Los Barrios de la que forma parte como entrenador de porteros y el segundo dirigía por última vez a una UD Tesorillo que heredó casi descendida a Preferente y a la que fue capaz de mantener con vida hasta la penúltima jornada. El abrazo entre estos dos viejos conocidos, casi un cuarto de siglo después de haber competido por la titularidad, es uno de esos gestos que sólo se puede ver entre dos verdaderos balonos. Entre quienes, por encima de la lógica rivalidad que mantuvieron, establecieron una inquebrantable relación de respeto.

"Es que nos juntamos tres porteros... Diego (Berenguer), Domingo (Moreno) y yo... que vaya tela, sin desmerecer a todos los compañeros, porque la verdad es que éramos un auténtico equipazo, que además tenía un entrenador como Carmelo [Cedrún] y una afición que entonces seguía a la Balompédica allí donde fuese y que se lo merecía todo", evoca Juano.

"El fútbol ha cambiado un cien por cien y ha bajado mucho el nivel y la responsabilidad", dice con convencimiento. "Aquel grupo que teníamos nosotros con Lorant, Dos Santos, Serrano, Ferreira, Márquez, Lozano... sería un equipo de Segunda A y de los punteros hoy en día estoy seguro. La plantilla que formaron aquella directiva de Manolo Monteagud y Carmelo Cedrún fue impresionante y aunque no empezamos bien, nos fuimos acoplando y los equipos que se medían a la Real Balompédica Linense sabían que tenían enfrente un rival duro".

"Lo digo claro, aunque llegué a estar tres años en Primera división, los cuatro que pasé en la Balona son, con mucho, la etapa más bonita de mi vida, porque esa forma en la que se vive el fútbol en La Línea, lo que significa ese club en esa ciudad, eso no sucede en casi ningún sitio", acaba el exguardavallas barreño.

"La verdad es que hacía tiempo que no veía a Juano y saludarlo siempre supone para mí algo especial", dice Diego Berenguer, en ese tono de quien siente admiración por el que fue su compañero. "Me alegra muchísimo verle".

"Es que lo que vivimos en La Línea no se olvida nunca y recordarlo, aunque sea sólo charlando unos minutos, es un placer", recalca. "Uno trata de inculcárselo a los chavales, pero no es fácil".

El tesorillero también destaca ese momento de su trayectoria deportiva como "una de la mejores etapas" de su vida. "Eso se queda dentro de uno, para disfrutar cuando lo recuerda".

Berenguer coinciden con Juano en que el fútbol, en la etapa en la que él se enfundaba la guayabera de la centenaria entidad albinegra era "mejor que el de hoy".

"Cuando yo llegué a la Balona había dos grupos en Segunda B y el nivel era altísimo", recalca. "Esa plantilla podría hoy perfectamente pelear por los puestos de cabeza en Segunda A, porque estamos hablando de jugadores como Torremocha, Lorant, Segundo, Dos Santos, Serrano, García, Lozano, Paquito, Salvador, Ferreira... que como demostramos en la eliminatoria de Copa con el Sevilla podía competir con un Primera"

"Lo mismo puedo decir de los entrenadores que tuvimos, que estoy seguro que en estos tiempos estarían en la élite, como es el caso de Carmelo Cedrún, Antonio Ruiz, Baby, Martín Doblado...", acaba.

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