La mano que mece el silbato
Los tres últimos arbitrajes han perjudicado de manera manifiestaa la Real Balompédica
Técnicos, jugadores y directivos de la Real Balompédica y medios de comunicación de La Línea han eludido centralizar sus críticas tras los resultados de las últimas tres jornadas en las actuaciones arbitrales. Sin poder garantizar que el equipo de Eduardo Vílchez hubiese obtenido mejores resultados en dichos compromisos, sí que se puede afirmar que los trencillas han perjudicado de manera ostensible a los balonos, algo que resulta como poco desconcertante, porque se trata de un equipo de mucho peso en la categoría y porque dos de esos tres duelos se han disputado en el Municipal de La Línea.
Dos de los colegiados que han arañado los intereses del equipo de Eduardo Vílchez son malagueños, un dato que no pasa desapercibido a muchos de los aficionados balonos, que recuerdan que tradicionalmente los jueces adscritos al colegio de Málaga han provocado más de un problema en el coliseo balono.
El pasado 15 de noviembre llegó al Municipal el Recreativo B de Carlos Ríos, que se adelantó en el marcador por medio de Pablo Bernal. Nada más igualar Thompson (68') el malagueño Francisco Márquez Gordo se limitó a amonestar al defensa visitante Cristóbal, quien derribó al atacante granadino cuando era el último defensa.
Es evidente que nadie puede garantizar que la Balompédica hubiese logrado el 2-1 en superioridad numérica, pero tal y como se desarrollaba el choque, la decisión pudo resultar definitiva.
El árbitro, que por cierto protagonizó una gravísima salida de tono cuando abandonaba el estadio, confeccionó un anexo al acta que le supuso a la Balompédica una multa de sesenta euros.
El día 22 de noviembre el gol de Dani Gómez que le dio el triunfo al Cartaya sobre la Balompédica en el Rodríguez Salvador fue anotado en un flagrante fuera de juego que fueron incapaces de ver ni el sevillano Israel González Barea ni sus auxiliares.
La postura del club en torno a este cúmulo de circunstancias extrañas queda de manifiesto cuando anuncia que sancionará a Pablo Niño, expulsado por una chiquillada en los últimos compases de ese choque.
Por último, el pasado domingo otro malagueño, Raúl Chavet García, perdonó hasta por dos veces la segunda cartulina amarilla al visitante Dani, que había visto la primera admonición en el minuto once. Además el trencilla consideró involuntaria unas sospechosas manos de un defensa en el área del Sanluqueño que hasta el técnico del Atleti, Ali, reconoció en rueda de prensa que habían existido. Por si fuera poco mediada la segunda mitad Thompson fue objeto de un clarísimo penalti (ver foto adjunta) que el árbitro también fue incapaz de decretar.
Vaya por delante que no se puede saber qué hubiese sucedido y que alguien puede recordar que la Balona ya marró dos penas máximas en un mismo partido la andadura pasada (ante el Real Jaén), pero está claro que con este grupo de decisiones lo más probable es que el equipo albinegro sumase en torno a tres puntos más en la clasificación y que posiblemente no estarían en entredicho algunos de sus jugadores no se hablaría de crisis.
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