El maestro que lleva Algeciras hasta China... y viceversa

La tertulia deportiva de 'Europa Sur'

Jorge Fernández entró en las artes marciales por las películas de Bruce Lee y acabó como campeón de Europa de wushu, todo sin ayudas institucionales

Alessio González, María Selva, Jorge Fernández Riscardoni y su hijo, José Carlos Cabrera, Francis Mena y Rubén Almagro.
Alessio González, María Selva, Jorge Fernández Riscardoni y su hijo, José Carlos Cabrera, Francis Mena y Rubén Almagro. / Jorge Del Águila
Francis Mena

Los barrios, 14 de febrero 2017 - 02:06

Artes marciales y arte flamenco se dieron cita en una nueva edición de la Tertulia Deportiva de Europa Sur que, como cada semana, acoge El Cortijo de Guadacorte. Jorge Fernández Riscardoni, presidente del Club Deportivo Hongwu y campeón europeo de wushu -artes marciales- en 2016, trae toda "una forma de entender la vida" de la lejana China, país del que es apasionado y del que hace de embajador durante la charla, como lo es de su Algeciras natal cuando recorre el mundo. José Carlos Cabrera, compañero de tertulia, abre la puerta de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras que preside, un arabista e investigador sobre migración dispuesto a luchar por el flamenco.

La entrada Jorge Fernández Riscardoni a las artes marciales fue de cine. No porque tuviese algo de espectacular sino porque fueron las películas de kung fu (Gong fu en su nombre original) de Bruce Lee, tan de moda en los ochenta y que su tío alquilaba, las que les mostró ese camino. De alguna forma, el mito fue su primer maestro. "Me llamó la atención lo que hacían y el primer contacto con las artes marciales era imitar a Bruce Lee", relata el algecireño.

Aquellos juegos de niño le llevaron a su primera escuela en la calle Convento, a entrenarse con sus armas en algún campo de la ciudad bajo la vigilancia policial y a recorrer el mundo y colgarse medallas en campeonatos de todo el planeta. Hoy es profesor de wushu ("no me gusta que me llamen maestro porque para eso me queda mucho") de unos 130 alumnos que incluyen de niños de tres años hasta una mujer de 82 en su gimnasio en la calle Maestro Millán Picazo, en la Cuesta del Rayo. Por ellos, y justo después de alcanzar el reconocimiento de deportista de alto nivel, ha decidido sacrificar su carrera deportiva para dedicarse por entero a la enseñanza. "No tengo tiempo y tampoco tengo que demostrar nada; prefiero dedicarme a mi escuela, a ver cómo crecen mis alumnos, a la parte más profesional que deportiva", declara Fernández Riscardoni, que reconoce que su pasión le da para vivir.

Este algecireño de 43 años es todo un referente de las artes marciales, algo a lo que dedica su vida. "Hay un libro con más de 1.300 disciplinas diferentes dentro", comenta Jorge para dar una idea de la dimensión de las artes marciales, que invita a acercarse y conocer. "La gente viene y me dice que quiere hacer taiji (tai chi) para relajarse y acaba sudando y destrozada. En mis clases intento que la gente se divierta. Suelo separar por edades pero la juventud y la gente mayor se enriquece mutuamente. Es la idea", explica este hijo, curiosamente, de un apasionado del flamenco, como su acompañante en la tertulia de Europa Sur. Dice que en el wushu también hay puristas.

Tras poner punto final en el punto álgido, el mejor recuerdo de su carrera deportiva es el título de campeón Europa en la modalidad san shou en Moscú 2016. "Llegó en un momento personal muy complicado y que le sirvió para quitarse la espina de un segundo puesto años atrás". "No me llama la atención tanto el wushu como deporte pero mis maestros me decían que era importante si quería profundizar y tener una escuela, las medallas y los títulos internacionales acaban siendo importantes", reconoce.

De eso, Jorge Fernández Riscardoni tiene un buen puñado de campeonatos nacionales e internaciones, y un tercer puesto en la disciplina taijiquan en el Mundial de Polonia también el pasado año. No ve fácil que el wushu llegue a unas Olimpiadas: "Después de Pekín 2008 hicieron un campeonato en el estadio Nido de Pájaro [en el que participó], quisieron demostrar al COI que el wushu puede ser olímpico pero para serlo no sólo hace falta que haya gente que lo practique sino que hay una organización, una federación que haga eventos por todo el mundo".

"Hay mucha gente que lo practica y que no quiere que sea olímpico porque entienden que se desvirtúa, que se convertiría en una disciplina más encaminada al espectáculo", asegura Fernández, que cuenta con el sexto dan del sistema de grados internacionales.

Toda su pasión por las artes marciales le ha llevado a viajar y conocer China, y a estudiar la medicina tradicional china (M.T.C.), cuenta con un postgrado universitario y títulos. "Se critica mucho pero el problema es que existe mucho intrusismo. A mi consulta vienen médico, incluso en alguna facultad se da la acupuntura como optativa", responde.

Riscardoni viaja con asiduidad a China, se ha perdido en la Gran Muralla, "una visita obligada". Mientras en El Cortijo de Guadacorte llegan platos, el algecireño habla de la gastronomía, las costumbres y la situación del país. Todo su anecdotario que sirve para hacerse una idea de lo inabarcable que es el gigante asiático.

Cuando se le pregunta si se siente reconocido, emite un suspiro que casi suena a no. "Mientras me reconozca mi gente, que los padres estén contentos y mis alumnos considere que es una buena escuela es suficiente". ¿Y ayudas? "Yo el nombre de Algeciras lo he llevado a China, la gente que me conoce saben dónde está Algeciras, a Rusia, a muchos países. Ayuda no he tenido, he sido yo el que me he pagado los viajes". Relata que una vez pidió equipaciones para el CD Hongwu al Ayuntamiento y le contestó: "Nosotros nos pagamos ya hasta los cafés".

Por ello tiene la wushuneta, como llama a su vehículo en el que lleva a sus alumnos, entre ellos su prometedor hijo Jorge, a cosechar éxitos por toda España.

stats