La definición de fortín

El Anguiano tiene motivos sobrados para estar preocupado. El rival de la Balompédica en la primera ronda de la fase de ascenso a Segunda división B visita mañana a un equipo, el de La Línea, que no sólo se mantiene invicto como local en la presente andadura, sino que a lo largo de su ya casi centenaria historia sólo ha perdido un partido en casa en este tipo de situaciones. Fue en 1992, ante el hoy equipo de Champions Villarreal, en un duelo que cerraba la liguilla y en el que los de casa no se jugaban nada y los castellonenses tenían garantizado el ascenso con un triunfo.

El primer precedente de una situación similar se remonta a la campaña 1948-49 en una fase disputada por el sistema de liguilla con el Badalona como enemigo definitivo en un duelo en el que los albinegros vencieron por 3-2 con goles de Juan Ayala (2) y Terán.

La siguiente cita con la historia hay que buscarla en la andadura 1955-56. Con Andrés Mateo al frente de una plantilla de la que formaban parte Vicente Vázquez, Paco Vales y Periquito entre otros, la Balompédica peleó con el Puente Genil por una plaza en Segunda. Los dos equipos vencieron en sus respectivos estadios por dos goles de diferencia y el desempate, escenificado en La Rosaleda de Málaga, se decantó del lado cordobés. Los linenses jugaron casi todo el partido con un hombre menos por la lesión de Bartolo.

En la 1964-65 y con un sistema de competición idéntico al actual, la Balona apeó al Menorca en una primera ronda incontestable (4-1 en La Línea y 1-2 en suelo balear). En la ronda definitiva los albinegros se midieron al Béjar. El partido en el desaparecido San Bernardo el encuentro acabó sin goles. Los salmantinos vencieron por la mínima en el suyo.

Fueron momentos álgidos de la Balompédica a mediados de los sesenta, ya que una temporada más tarde (1965-66) con Guillermo León al frente de la nave y Juan Vázquez en el banquillo, se midió al Plus Ultra -filial del Real Madrid-. Empate en La Línea y derrota en la capital de España, donde le fue anulado un gol legal a Cáceres que hubiese forzado el desempate.

En la siguiente temporada fue el llorado Antonio Reyes el que llevó a la Balomopédica a la fase de ascenso. El Tarrasa fue eliminado con un 3-0 en La Línea y 2-1 en Cataluña. Y llegó el nunca olvidado emparejamiento con el Indauchu bilbaino, sobre el que circulan tantas leyendas urbanas. Los linenses perdieron por la mínima en terreno vizcaíno y ya fueron recibidos como hérores. Cáceres igualó la eliminatoria antes del descanso… y después llegó un gol que apeó a los linenses y dejó una profunda herida en el fútbol de La Línea.

En la 1982-83 con Samuel Fernández como presidente y primero Quimet Carreras y más tarde Jaco Zafrani en el banquillo consiguieron récords de imbatibilidad y la clasificación para las eliminatorias de ascenso a la todavía recién creada Segunda B con una fórmula de emparejamientos idéntica a la actual.

En la primera ronda la Balona comenzó perdiendo en Sabiñánigo por la mínima. En la vuelta Caro y Márquez -con prórroga incluida- voltearon el resultado con los maños. El partido de ida con el Éibar acabó 3-1. Márquez y Quirós pusieron los goles. La vuelta, en Ipurúa, es motivo de un libro de José Luis Lima que está teniendo una enorme aceptación, 'Una hazaña blanquinegra'. Los linenses perdieron 1-0 gracias, en gran medida, a la inolvidable actuación del meta Diego Tinajero. La Balompédica celebró su primer ascenso a la categoría de bronce en los vestuarios de aquel estadio y en el hotel Nervión de la capital bilbaína.

Casi una década después (1991-92) la Balompédica no sólo permanecía en Segunda B sino que de la mano de Manuel Monteagud y ¿quién si no? Gabriel Navarro Baby, jugó una fase de ascenso a Segunda A. Salamanca (1-0) y Girona (2-0) perdieron en La Línea, pero la derrota en Villarreal en El Madrigal dejó sin opciones a los balonos, que perdieron en la despedida ante los castellonenses por 1-2.

Ahí no acaba el cuento. La Balompédica, que descendió en la 1992-93, volvería a Segunda B en la 1998-99. Argimiro Márquez y Baby compartían banquillo, después de que hubiese sido destituido Rafa Escobar.

La liguilla se jugaba por puntos. Maracena (1-0 con un gol de Juan Manuel Franco) y Villafranca (2-0, Raúl Procopio y Agustín) cayeron en el Municipal. El Hellín empató a dos en el Municipal (Juan Antonio hizo doblete para los locales) pero el objetivo estaba conseguido.

Desde entonces, siempre bajo el mando de Alfredo Gallardo, tres comparecencias, tres eliminaciones a las primeras de cambio. En lo que se refiere a los partidos en casa, en la 2003-04, el Díter de Zafra empató en La Línea (1-1) con los de Baby. En la 2004-05, el Mérida cayó por la mínima (2-1) con el equipo de Raúl Procopio, que repetiría frente al Granada en la 2005-06 (1-0).