La Unión Linense de Baloncesto (ULB) cerró este sábado su cuarta temporada en la Liga EBA con una más que previsible derrota en la cancha de un Marbella que afrontó el choque con todas sus calderas al máximo, porque aspiraba a terminar esta segunda fase en primera posición.
Los linenses afrontaron este último compromiso del curso con solo siete jugadores. Dylan Gómez, a pesar de estar lesionado, acompañó a la expedición en el que puede que sea su despedida de una entidad en la que ha tenido un comportamiento ejemplar. Lucas Pérez no pudo comparecer para atender a sus obligaciones laborales.
A esas bajas se suma la decisión de los juniors que habían sido citados de no acompañar al equipo unos por cuestiones personales y otros, por situaciones académicas.
A pesar del resultado abultado, que se suma a la amplia derrota de una semana antes a manos de Andújar, no estuvo acompañado esta vez de dejadez por parte de la plantilla. Sencillamente quedó de manifiesto sobre la pista la diferencia entre un equipo que necesita mantenerse on fire y otro que contaba los segundos para acabase una segunda fase que se le ha atragantado, especialmente desde que derrotaron al campeón Enrique Soler de Melilla.
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