La Balona es todavía más líder. Los albinegros aventajan ya en siete puntos al Pozoblanco. Llegan a esa renta después de lograr un triunfo escueto sobre el Sanluqueño. Un rival al que pudieron y debieron golear en la primera mitad y al que el árbitro alejó del éxito al anular en el 60' un gol por una supuesta mano previa de Juanmi que vieron el trencilla… y muy pocos más. Los de La Línea, posiblemente por desidia, se complicaron la vida ante un enemigo que jugó cuarenta y cinco minutos acomplejado y que después, cuando quiso, no supo crear peligro. Quizás también porque le faltaban dos de sus mejores hombres.

La primera mitad fue un monólogo de los de Rafa Escobar, quien otra vez tuvo que trastocar su once durante el calentamiento. Salvando las abismales distancias la contienda recordaba al que la noche antes protagonizaron Barça y Zaragoza. El Sanluqueño acumuló hombres en el medio para contrarrestar la capacidad creadora de los de casa, pero a costa de aislar a su único referente ofensivo. Tanto que Borja no tuvo ocasión alguna no ya de emplearse a fondo, sino de trabajar.

Después de varias intentonas, un fallo colosal de Juanca al intentar despejar en el 13' dio ventaja a Copi, que ejerció de pichichi, se plantó ante Terrén y aunque el meta barreño aguantó hasta el límite, no pudo evitar que el delantero golpease con la precisión suficiente para abrir el marcador.

Después de eso llegó el aluvión. Juampe (21'), Olmo (26'), Javi Catalán por dos veces en la misma acción (38') y Joseph (41') pudieron y debieron cerrar el partido, pero unas veces Terrén y otras, las más, la falta de puntería lo evitaron.

El Sanluqueño regresó al campo después del intermedio convencido de que había salido casi ileso de cuarenta y cinco minutos en la trinchera. Así que decidió recomponerse. Dio un paso adelante, abandonó el trivote, colocó dos puntas y la Balona, incomprensiblemente por otro lado, se desdibujó. David Navarro, que tuvo su oportunidad como mediocentro, desapareció. Y a Joseph le pasó factura el esfuerzo en su primera comparecencia como titular y fue difuminándose hasta que su aportación se redujo a nada.

El Atleti, con mucha más intención ofensiva que en la primera mitad, encontró la vía de agua. En el 60' Juanmi se acomodó el balón y la jugada terminó en tanto. El árbitro, a instancias de su auxiliar, anuló la jugada por mano del atacante en el control. Muy, pero que muy dudosa.

La jugada alertó a la Balona y su entrenador trató de reconducir los acontecimientos adelantando a Carlos Guerra a la medular y colocando a Alberto Merino en la retaguardia. El orden no llegó. Más bien se ahondó el desajuste. Demasiado trueque para un equipo que ya había empezado a perder el sitio.

Como mucho, la Balona tuvo un par de ramalazos. Los suficientes para que una buena acción de Juampe, que comenzó y terminó el ataque, acabase convirtiéndose en el 2-0 con un disparo desde la frontal (75'). Y es que si algo tiene este líder por exceso es pólvora.

El equipo de El Palmar se tambaleaba pero no llegó a tirar la toalla. Seguramente porque sólo dos minutos después y en colosal error defensivo tras un saque a balón parado Álex Expósito acortó distancias.

En el tramo final hubo algo incertidumbre, pero tampoco los visitantes fueron capaces de crear ocasiones manifiestas. El pitido final, entre el bastinazo de segunda parte y el frío intenso, sonó casi a indulto.

La Balona no se pudo cobrar la factura de la humillante derrota de la primera vuelta pero se hizo con un triunfo que le acredita un poco más como candidata al título. La estadística demuestra que no es fácil sumar seis puntos en dos partidos seguidos en casa y los balonos lo hicieron. No todos los exámenes se pueden resolver con sobresaliente.

60'