El algecirismo se pone la camiseta

algeciras club de fútbol

La afición, vital en el triunfo albirrojo ante el Albacete, inyecta aliento y premia el sacrificio de un equipo que hace un fortín del estadio Nuevo Mirador, donde reside la clave de la permanencia

Los jugadores albirrojos agradecen la ovación de los aficionados el pasado domingo tras la victoria ante el Albacete en el Nuevo Mirador.
Los jugadores albirrojos agradecen la ovación de los aficionados el pasado domingo tras la victoria ante el Albacete en el Nuevo Mirador.
F. Mena Algeciras

23 de octubre 2013 - 05:02

La afición del Algeciras siempre ha tenido fama de dura, exigente, pero es un jugador doce de mucho peso cuando lo que ve en el rectángulo de juego le transmite, cuando hay entrega y compromiso. El pasado domingo, en la gran victoria ante el Albacete Balompié, los de la grada tuvieron mucho, mucho que ver en el resultado final. Dieron aliento cuando fallaron las fuerzas, presionaron cuando el grupo lo necesitó, empujaron, en definitiva, formaron parte del juego. La importancia de eso es mayúscula. El trabajador equipo albirrojo necesita de su público para que su estadio sea lo más cercano a una plaza intocable, porque ahí radica la clave del objetivo, de la permanencia. "Todos juntos de la mano en el Nuevo MIrador", que dice su himno del centenario.

El Algeciras está construyendo esa fortaleza en casa. Por ahora nadie ha sido capaz de alzarse triunfador en La Menacha y eso que han pasado equipos de la talla del Albacete, que hincó las rodillas el domingo (1-0), o el Guadalajara, que sufrió para empatar (1-1). Ambos coronan la tabla de clasificación. El San Fernando y el Lucena sólo pudieron llevarse un punto (0-0), mientras que el Écija encajó una amplia derrota (3-1). Nueve puntos de quince es un ritmo positivo en el regreso a Segunda B pero mejorable.

Ante todo un exprimera, un histórico como el Albacete Balompié la afición tuvo relevancia desde el primer segundo. El Nuevo Mirador presentó una gran entrada; la ocasión, el rival y el éxito copero del miércoles bien lo merecían.

El partido comenzó con un Albacete presentando su gran nivel y poniendo en aprietos a los de Manolo Sanlúcar. Pronto, la afición algecirista se dio cuenta de que aquello iba a ser muy complicado y que los suyos iban a mecesitar refuerzo extra. En cuanto los albirrojos crearon su primera ocasión, la afición se puso las botas y se bajó al terreno de juego. Fue tan intensa e incansable como sus jugadores. Al descanso, los once de rojo y blanco se llevaron una tremenda ovación, como si ya hubiesen ganado la contienda u otra más importante. Reconocía su esfuerzo y daba un espaldarazo para una segunda parte en la que tocaba, como no, sufrir.

A la vuelta, la importancia del público se incrementó. Los jugadores, que lo estaban dando todo, empezaban a notar el peso del partido del miércoles en La Rioja. Necesitaban aliento. Los de siempre no dejaron de lanzar sus cánticos, la sabia tribuna también vibró en cada jugada, jugó para aguantar el resultado con todas sus armas, incluso haciendo perder tiempo, mientras en el otro extremo era la preferencia la que empujaba y entre todos hicieron suya una victoria lograda con sufrimiento y esfuerzo por los guerreros albirrojos. El club y los futbolistas, de forma colectiva e individual, reconocieron la importancia de su público en la suma de los tres puntos.

Viendo de lo que es capaz el equipo de Sanlúcar junto a su hinchada, ahora toca prolongar eso en el tiempo. Porque la clave está entre las cuatro gradas del Nuevo Mirador. Las estadísticas de las últimas temporadas así lo confirman. Un equipo que es capaz de hacerse fuerte en casa tiene gran parte de la permanencia conseguida. En el Algeciras CF, sufrir, trabajar y disfrutar son tres palabras compatibles.

stats