El Algeciras CF se acerca al mercado de invierno con una afición expectante. Los albirrojos tienen una serie de necesidades claras, pero solo disponen de una ficha libre para comenzar a maniobrar. ¿Qué tiene en mente la dirección deportiva? ¿Cuál es la prioridad a la hora de reforzar? ¿Hay capacidad económica para dar algunas bajas y buscar más fichajes? Son algunas de las preguntas que ahora mismo rondan las cabezas del algecirismo.

Lo único cierto a día de hoy es que la entidad ha puesto en marcha los mecanismos necesarios para evaluar la situación de la plantilla de Iván Ania. Aprovechando el parón de la Navidad y que el ecuador de la temporada está a la vuelta de la esquina, el club está sopesando cómo actuar en esta ventana de oportunidades que se abre el día 1 de enero de 2023. Ramón Robert, el directo general, ya ha mantenido un contacto directo con Miguel León, el responsable de acometer los fichajes en el Nuevo Mirador.

La prioridad en el Algeciras es apuntalar la defensa, la parte que más está sufriendo en lo que va de temporada. Las lesiones, las sanciones y los continuos errores han penalizado y mucho a un conjunto albirrojo demasiado frágil atrás. Todo el mundo lo ve, empezando por unos rivales que han sabido explotar a menudo este punto flaco. La idea es tratar de dar con un central de garantías que apuntale una zaga en la que Jordi Figueras aparece ahora mismo como el único jugador sano. El regreso de Admonio es una auténtica incógnita, Amoah sigue lesionado y Nico Van Rijn despidió el año con un dedo del pie roto. Hace falta un central como el comer.

Los albirrojos son conscientes de que el lateral izquierdo anda un poco cogido con pinzas también. La sanción de cuatro partidos de Tomás ha dado la oportunidad a Ale Benítez, que en realidad es lateral diestro. Al margen de parches, el Algeciras tiene algo descubierto ese costado de la defensa.

En cuanto a la portería hay discrepancias aunque son una gran mayoría entre los aficionados los que piensan que el Algeciras se ha equivocado en su apuesta de verano por Pol Tristán y Juan Flere. El argentino llegó cedido por el Cádiz, lo cual podría facilitar una operación salida en caso de que los del Nuevo Mirador se topasen con un arquero contrastado sin equipo o de vuelta de alguna experiencia en el extranjero. Haberlos, los hay y en La Menacha tienen el recuerdo reciente de Javi Jiménez, que fue un acierto de invierno.

Al margen de la defensa y la meta, el Algeciras tiene un problema en el mediocentro. La lesión de Borja Fernández ha dejado huérfana una posición fundamental para Iván Ania. El técnico tiene jugadores de otro perfil en la zona ancha pero ninguno como el gallego. El estado de Borja condicionará una posible decisión bien entrado enero.

Arriba el Algeciras anda cargado de personal, pero la realidad es que hay varios jugadores cuya presencia es residual. Harían bien los albirrojos en tratar de dar salida a algunos efectivos que no están jugando para tratar de encontrar recambios que igual sí podrían elevar el listón de la competencia.

El problema que pasa casi siempre en estas fechas y en todos los clubes es una cuestión de espacio. El Algeciras, como se ha dicho, solo dispone de una ficha libre. Antes de entrar, dejen salir, nunca mejor dicho. El mercado de invierno es mucho más complicado que el de verano. O se va con la cartera llena o hay que peinar cuando rincón para encontrar alguna ganga o algún futbolista que busque un cambio de aires. No es nada fácil y la experiencia suele dar la razón a los que no son partidarios de hacer muchos retoques. Aunque a veces se acierta. Y tanto que se acierta.

El Algeciras puede estar a dos-tres retoques de arreglar sus principales problemas, aunque la suerte seguirá siendo un factor clave en una plantilla que nunca ha estado al completo.