Un Algeciras para enmarcar (2-1)

Algeciras/Pocas ovaciones más merecidas se han dado en los últimos años en el Nuevo Mirador. La plantilla del Algeciras CF 2024/25 se llevó el atronador cariño de su afición en una vuelta al ruedo muy torera que puso el broche en casa a una temporada que va a bordear el sobresaliente. Los chicos de Fran Justo volvieron a ganar, lo hicieron en otro ejercicio de honradez y profesionalidad, ante un Alcoyano que se jugaba la vida aunque apenas tuvo opción ante un Algeciras liberado, sin ataduras, solo pendiente de disfrutar el momento y pasar una tarde más con su otra familia, la que viste de rojo y blanco.

Al Algeciras le va a faltar un pelito de liga, pero que esto no amargue el dulzor de un final de temporada extraordinario. Los de Fran Justo hicieron lo que tenían que hacer, apurar sus opciones de soñar con algo más. Los del Mirador encadenaron su décimo partido seguido sin perder y se auparon hasta los 52 puntos, pero el Antequera y el Mérida no fallaron y las remotas posibilidades de playoff de ascenso y de Copa del Rey se evaporaron como los petardos que el Fondo Sur lanzó al final del encuentro para festejar una permanencia que había llegado la semana anterior en Alicante. Y es que este partido iba de eso, de disfrutar, de vivir una tarde en el estadio sin angustias, de dar ese último empujón a un Algeciras que va a cerrar el campeonato en el próximo sábado en Murcia con el aliciente de acabar lo más alto posible.

El Algeciras de Fran Justo se ha ganado un lugar de privilegio en los pasillos del Nuevo Mirador, en una orla bien grande que recuerde a un vestuario ejemplar, que con poquito hizo mucho y que navegó durante diez meses frente a todo tipo de contratiempos. ¿Hasta dónde habrían llegado este plantel sin esas lesiones? ¿con más medios y estructura? ¿o con el presupuesto de alguno de los que van a descender? Ya habrá tiempo para reflexionar amplio y tendido de lo que fue y de lo que está por venir. Ahora es tiempo de exprimir el carpe diem, cerrar el curso y recoger las notas.

Después de rubricar la salvación en el Rico Pérez, el Algeciras saltó a su templo en medio de una gran ovación de las gradas. El equipo de Justo formó con un once de gala. Tomás entró por Iván Turrillo. Capitán por capitán en ese relevo que llevan alternando porque los algecireños vienen jugando con molestias y al límite de sus fuerzas. Los de casa tomaron los mandos ante un Alcoyano que perdió por lesión a las primeras de cambio a Javi Antón.

El Algeciras dominaba con un juego tranquilo que se animaba cuando el esférico caía a la banda derecha. Por allí si no es Paris Adot, es Alvarito Leiva, dos martillos pilones. Por ahí rompió el Algeciras al Alcoyano a los diez minutos con una internada de Leiva que puso un centro tenso al área chica, donde Manín metió la puntera para anticiparse al meta Valens.

El gol dejó claro que el Algeciras no había salido a verlas venir ni a cumplir el expediente. Los de Alcoy salieron de la congoja y dieron el esperado paso al frente sobre el minuto 25. Los de Garrido empezaron a presionar alto y a arrimarse al área contraria con un par de disparos desviados, pero que al menos ponían sobre aviso: un chut de Dani Molina y otro de Cristian Herrera desde lejísimos. El verdadero peligro, empero, llegaba cada vez que le caía el balón al algecireño Leiva en su derecha. Allí hacía diabluras y desbordaba y sacaba tarjetas amarilla. Qué fino ha terminado el extremo, que este verano tiene que comerse al mundo en Valdebebas sí o sí.

Tras el descanso, Lautaro entró por Alexi Coch, el jerarca de la defensa en la reacción algecirista de la segunda vuelta. El partido entró en una fase de muchas disputas y balones divididos. Se ensució, como gusta decir a muchos técnicos. Y en ese ensuciamiento también fue mejor el Algeciras para hacer el 2-0. Un balón en profundidad para Paris Adot llegó a Tomás, el algecireño buscó puerta y el rechace de Valens tocó en Primi y se coló en propia puerta. El típico autogol de un equipo en puestos de descenso.

Con media hora por delante, el partido parecía liquidado y el Nuevo Mirador cantaba y coreaba. Entró en acción Neco Celorio, un revulsivo que propició un par de ataques para los rojiblancos, como la que tuvo Manín en el minuto 68 y la del propio Neco en el 70.

El Alcoyano tiró de amor propio y rondó los dominios de Lucho, a parón parado por medio de Yacine, pero el que perdonó fue el Algeciras en una contra en la que Diego Esteban la mandó arriba con todo a favor. El choque entró en el tiempo añadido y fue cuando el Alcoyano aprovechó una de las mínimas desconexiones algeciristas para recortar diferencias en un rechace que cazó muy solo Albisua.

El Algeciras ya había agotado los cambios. Entre ellos repitió el canterano algecireño Dani Recagno, que esta vez se estrenó en casa. El capi Iván Turrillo pudo hacer el tercero, pero se le desvió un chispita la mirilla. A él se le perdona. Faltaría más.

El silbatazo final dio paso a un homenaje por y para el algecirismo, con los saludos entre plantilla y aficionados, con los cohetes de la permanencia y con una vuelta al ruedo propia de una faena de dos orejas. Faltó el rabo.