Se podía perder en la Copa, pero así no. Es el sentir mayoritario del algecirismo en el día después de la derrota ante el Unionistas de Salamanca. El revés copero ha dejado una resaca que va desde la decepción lógica de muchos hasta la indignación de un sector de aficionados que se han sentido engañados. El debate sobre el fondo de armario de la plantilla está en la calle y en las redes. ¿Tiene el Algeciras suficiente material para sostenerse arriba lo que queda de temporada? ¿Cuántos refuerzos necesita para garantizarse la tranquilidad? Los abonados se hacen estas y otras preguntas.

El chasco de la Copa no ha hecho más que evidenciar lo que algunos ya sabían y muchos vislumbraban. El Algeciras, más allá de ese once reconocible, tiene fallas en varias posiciones. Las lesiones -preocupantes en algunos casos- y el bajo rendimiento de jugadores de los que se espera mucho más se han conjugado para acortar demasiado una plantilla que cojea.

Teniendo a todos sanos, Iván Ania ha conseguido poner en órbita al Algeciras y hacerlo jugar y competir de maravilla. Ahí está el vídeo y ese primer tramo de temporada para atestiguarlo. Con la acumulación de bajas, la llegada de sanciones y la falta de ritmo de los que menos están participando los albirrojos pegan un bajón notable no solo en cuanto a calidad, en algunos casos también en actitud.

La afición -una parte importante al menos- está preocupada y espera soluciones ahora en invierno para equilibrar un plantel en el que hay un futbolista inédito como Rafa Tresaco y otro que casi no ha podido jugar como Pelayo Morilla, ambos con lesiones peculiares y delicadas. Ahora se ha sumado la lesión de Gorka Zabarte, que apenas ha participado unos minutos en lo que va de Liga. Ania cruza los dedos para recuperar a Gonzalo Almenara después del parón de Navidad. Sin el algecireño, la banda derecha se ha convertido en un quebradero de cabeza.

Futbolistas como Villapalos y Pepe Mena también se han visto afectados por las lesiones. Ambos, llamados a ser piezas importantes, están teniendo una repercusión escasa, especialmente el mediocentro, que parece no encajar en las ideas del entrenador. De Mena, que marcó el gol del empate ante el Betis Deportivo, se espera mucho más, se espera ver a ese capitán determinante en el filial del Sevilla.

El caso de Peris es otro de los llamativos para el abonado albirrojo. El futbolista, un veterano en su puesto y uno de los mejores laterales de la categoría el pasado curso, no está encontrando su sitio. El miércoles jugó a pierna cambiada fuera de su puesto y fue uno de los señalados por una grada enfadada con lo que estaba viendo.

El Unionistas celebra en el Nuevo Mirador.

Arriba es quizás donde menos dudas existen sobre la situación: el Algeciras solo tiene a Roni como delantero puro y a Álvaro Romero como futbolista diferente. Se puede considerar que Leiva y Ferni son jugadores de ataque por las bandas, pero si falta Romero o Roni el equipo queda huérfano en punta de lanza. El canterano Miguel Campaña está para echar una mano, pero no puede ser la solución. Ania viene pidiendo un refuerzo más para esa zona desde que comenzó la temporada. La decisión está en manos del club.

Al margen de que venga o no otro delantero o de que el club espere la vuelta de Rafa Tresaco, el Algeciras necesita calibrar con cuántos efectivos va a contar en realidad para una segunda vuelta que va a ser a cara de perro. ¿Cuántos de los jugadores que apenas están participando son válidos para este proyecto? ¿Cuántos dan la talla al menos para aportar desde el banquillo? ¿Cuántos lesionados van a volver? ¿Hay timón en la dirección deportiva? El algecirismo, que está haciendo su parte en las gradas, merece respuesta a estas preguntas.