Algeciras CF | Aniversario del ascenso

Un año del día más feliz de tu vida

  • Se cumple un año del último ascenso del Algeciras, una histórica epopeya hacia la Segunda B

  • Muchos algeciristas vivieron algo único e irrepetible aquel día en Socuéllamos

El algecirismo celebra el ascenso en Socuéllamos hace un año.

El algecirismo celebra el ascenso en Socuéllamos hace un año. / A. G.

El 30 de junio será recordado como un día especial para el algecirismo. Es la fecha del último ascenso, el vivido hace un año en Socuéllamos. El Algeciras CF guarda en sus páginas doradas ascensos históricos de todos los colores y también en blanco y negro, pero el más reciente fue el primero lejos de casa para una legión grande de algeciristas. Muchos no habían experimentado tal sensación de éxtasis con su Algeciras hasta aquella matinal veraniega con más de 40 grados en pleno corazón de La Mancha. Muchos no olvidarán nunca lo que pudo ser el día más feliz de su vida.

Socuéllamos escenificó el colofón por todo lo alto de la epopeya que escribió el Algeciras de Emilio Fajardo y Miguel Ángel Berlanga, el equipo que creyó en lo imposible, el que desafío todos los males augurios y hasta las leyes de la física para voltear una situación impensable hasta para el más soñador.

El Algeciras, que se metió en el playoff in extremis con aquel gol de Karim ante la UD Los Barrios a falta de tres minutos, completó unas eliminatorias arrolladoras. De menos a más, como una locomotora que parecía no tener frenos. La liguilla de los albirrojos es para muchos entendidos una de las mejores que ha hecho un equipo en los últimos años, por el camino más difícil, sin el factor campo y ante tres auténticos gallitos como L'Hospitalet, Real Jaén y Yugo Socuéllamos.

Los guerreros de Fajardo apalabraron el ascenso a Segunda B el Domingo Rociero en el Nuevo Mirador con una goleada pletórica en el partido de ida. La alegría fue contenida durante toda la semana porque quedaba el último paso, la visita al Paquito Giménez, a un lugar de La Mancha donde restaban 90 y pico minutos para dejar el trabajo hecho.

El ascenso empezó a mascarse el día de antes, el sábado 29, por las calles de Tomelloso, el cercano municipio a Socuéllamos donde el Algeciras y el algecirismo montaron su cuartel general. El rojo y blanco inundó los bares de una localidad que en medio del hastío del calor palpaba que algo grande se avecinaba a la jornada siguiente en el campo de sus vecinos vinícolas. El algecirismo confraternizó las horas previas, brindó y veló armas para la última batalla, aunque más de uno ni durmió.

A la mañana siguiente, la del 30 de junio de 2019, el sol salía mientras los primeros autobuses llegaban repletos de valientes algeciristas que habían viajado la misma noche, algunos desde la Feria. Más de medio millar de aficionados del Algeciras tomó las calles aledañas al Paquito Giménez para recibir al equipo e Fajardo. Cánticos, bufandas al aire, humo... Una vecina miraba absorta desde la ventana frente a la entrada principal del campo. Qué espectáculo.

El primer gol del Algeciras llegó en el recibimiento a los jugadores. Fue en ese momento cuando los visitantes dejaron claro que el ascenso no se iba a escapar. Echó a rodar el balón, subió el termómetro y lo que pasó después ya está contado, escrito y radiado de muchas maneras, todas para recordar y enmarcar.

Los que estuvieron en Socuéllamos, ese medio millar largo, vivieron una experiencia única e inolvidable, algo que no se puede expresar del todo con palabras. Los que estuvieron en Socuéllamos, quizás aún no lo sepan, puede que vivieran su día más feliz como algecirista.

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