Con orgullo, con la cabeza más que alta, con el reconocimiento de su gente in situ o a mil kilómetros de distancia y con una victoria repleta de prestigio, honradez y fútbol. Así se despidió de la temporada el Algeciras CF de Iván Ania, con el sello de su entrenador, con la huella que ha ido labrando desde que este vestuario se empezó a juntar allá por julio, parece que hace un mundo. El Algeciras arrancó el triunfo (0-1) en Sabadell y silenció a más de diez mil personas en la Nova Creu Alta, pero se quedó sin el premio del playoff de ascenso a Segunda por muy poco. La última jornada del grupo II de la Primera RFEF sonrió a Nàstic de Tarragona y Linares, cuarto y quinto respectivamente. ¿Qué habría ocurrido de contar con esos dos puntos reclamados ante el Castilla por alineación indebida? Pues que el escenario habría dado un vuelco y el algecirismo estaría soñando ahora con su segunda fase de ascenso consecutiva... Aunque este partido, el de los despachos, ya lo advirtió el club, todavía no ha terminado.

¡Qué pena las ocasiones que se escaparon ante el filial del Madrid en el Nuevo Mirador hace una semana! O el partido ante el UCAM o las muchas oportunidades que se perdieron por el camino en una campaña que nunca fue llana, siempre presentó nuevos obstáculos. Con todo y contra todos, este Algeciras se hizo un hueco entre la nobleza, se granjeó el respeto de todos y se mantuvo en la pelea con los grandes, donde después de estos dos últimos años ya va a empezar a ser considerado.

FichaACF

La espinita de la impugnación desestimada ante el Castilla sigue ahí clavada y esta batalla no ha hecho más que comenzar, pero ahora mismo se antoja un acertijo saber qué habría pasado en Sabadell de haberlo tenido en la mano. Iván Ania lo tenía clarísimo, siempre lo tuvo, y sus jugadores le dieron la razón en el último tramo de la competición.

El Algeciras se impuso en Sabadell de cabo a rabo en uno de sus mejores encuentros como visitante de toda la temporada. Los de rojo y blanco plasmaron un dominio abrumador por momentos, gozaron de las ocasiones más claras -otra vez con dos palos- y manejaron los nervios infinitamente mejor que un Sabadell que se ahogó en su propio ambiente. El apoyo de un estadio casi lleno se tornó quizás en una losa para un conjunto, el de Munitis, bloqueado y sin respuesta ante el magistral esquema de Ania que, con liguilla o sin liguilla, es uno de los mejores entrenadores que ha pasado por el Nuevo Mirador en mucho tiempo.

El técnico albirrojo avisó en la previa que él no era mucho de repetir alineación. Dicho y hecho. Ania metió a Pepe Mena en lugar de Renato para dar otro aire desde el centro del campo. El resto, lo esperado con toda la artillería disponible. El sevillano Mena, fundamental en los dos últimos meses, iba a corresponder la ocasión.

Tras un intento de apretar en la salida por parte del Sabadell, el Algeciras agarró el timón para no soltarlo. Los albirrojos se acercaron pronto a balón parado con un centro de Tomás que cabeceó fuera Almenara. Fue el primer aviso y la primera de un Tommy que ha llegado a mayo en su mejor momento. El zurdo algecireño estuvo a punto de abrir el marcador en el minuto 12 con un gol olímpico marca de la casa. El cuero se marchó a un palo ante un sorprendido meta arlequinado.

No hubo tiempo par respirar porque al minuto Alvarito Leiva se sacó de la chistera un tirazo que Emilio sacó milagrosamente y lamió el larguero. 

El Algeciras había metido el miedo en el cuerpo a un Sabadell que si se caracteriza por algo es por su paciencia. Sin embargo, los de Pedro Munitis parecían cortocircuitados ante un centro del campo poderoso con esa tripleta formado por Iván, Borja y Pepe Mena. En el minuto 25 se lesionó Borja y el Algeciras notó algo la ausencia del gallego. Duarte le dio el relevo.

El Sabadell apenas abandonó la espesura antes del descanso para acercarse una vez en una mala salida de Pol Tristán que casi costó un disgusto. El último lance antes del paso por vestuarios fue un choque fortuito entre Dani Sánchez y Leiva que también quedó en sustito.

Leiva ante Rey.

A la vuelta de la caseta, el equipo local trató de apretar un poco más pero no conseguía encontrar huecos. A estas alturas ambos sabían ya el resto de resultados y como Nàstic, Linares y Baleares ganaban sus compromisos (Linares y Baleares con solvencia). El Algeciras sabía que el milagro se complicaba pero no por ello aflojó un ápice. El Sabadell seguía teniéndolo a un gol pero se vino abajo.

El golpe algecirista llegó en el minuto 57 tras una cabalgada de Leiva por la derecha y un centro que Pepe Mena remató desde la segunda línea. Jugada de ajedrez.

Los dos conjuntos comenzaron a mover el banco, uno buscando soluciones de emergencia y el otro, afianzar la ventaja. El que pudo volver a marcar fue el Algeciras, amo y señor de la Nova Creu Alta. Un centro de Tomás se paseó en el 68' y, la más clara, la del capi Iván en el minuto 90 tras un centro de Tresaco. 

Los de Ania jugaron con el reloj más por guion que por necesidad ante un rival que empezó a lamerse las heridas mucho antes del pitido final que dejó a ambos fuera del premio gordo del playoff, pero con muy distintas sensaciones. La decepción y tristeza de los blanquiazules nada que tiene que ver con el orgullo y el agradecimiento de los albirrojos.