Algeciras CF

Iván Turrillo, el inagotable capitán

  • El algecireño agranda su leyenda con su primer gol en la Primera RFEF en el partido más especial

  • Llevan unos años retirándolo y al final juegan "Iván y diez más"

Iván, abrazado por Rafa Tresaco tras marcar a la Balona.

Iván, abrazado por Rafa Tresaco tras marcar a la Balona. / Erasmo Fenoy

Para toda una generación es el capitán en mayúsculas del Algeciras CF. Muchos aficionados, los más jóvenes, no entienden el brazalete albirrojo sin Iván Turrillo. Al futbolista algecireño más representativo de los últimos años llevan retirándolo desde hace algunos veranos. "Fulatino viene para sentar a Iván", dicen. "Ya no tiene edad para aguantar tanta tralla", comentan. Y al final cada temporada juegan el capi y diez más. La historia de Iván con el Algeciras aún tiene páginas por escribir como demostró el pasado domingo en el Clásico ganado a la Balona en el Nuevo Mirador. Un gol con sello de El Cobre dio una de las grandes alegrías del año al algecirismo, a una hinchada que ha agotado los altares donde venerar a su jugador predilecto.

El primer gol de Iván Turrillo Caballero en la Primera RFEF llegó en una cita especial. Es como si el algecireño lo hubiese elegido cuando se sorteó el calendario. "Si marco, quiero marcar en este partido y en casa", pensaría seguramente. El valor del tanto, mucho más que tres puntos para un Algeciras que vuelve a tomar vuelo en el momento justo.

El '8' venía marcando goles en las últimas campañas, tanto en Tercera como en Segunda B, sin embargo este curso se le estaba resistiendo con el hándicap añadido de que ya no suele ser quien tire los penaltis. Pero el capitán albirrojo seguía al pie del cañón, a lo suyo, a esa tarea de desgaste desde el centro del campo, una labor a menudo ingrata porque está encaminada para que luzcan otros compañeros. Por eso se le llama la sala de máquinas. Es donde Iván se mueve como nadie.

Sin ir más lejos, ante la Balona se pudo ver a un Iván sacrificado en la primera parte, pegado a Coulibaly (una de las amenazas de los albinegros en segunda línea), para emerger en la segunda mitad cuando su equipo se soltó y comenzó a fluir. Así fue como Iván recibió cerca del área y no pensó el disparo que con suerte tocó y se coló imparable. Aunque en esto hay más de trabajo que de suerte.

Iván se merecía vivir la experiencia de la Primera RFEF más que nadie en el Algeciras. El algecireño, el futbolista que más veces ha vestido la camiseta algecirista en partido oficial, se lo había ganado dentro del campo y, por supuesto, también fuera. Pero es que dentro seguía y sigue siendo determinante con todo lo que aporta al vestuario y al cuerpo técnico. Iván Ania aterrizó en verano y supo verlo pronto. El capi merecía la espera y un esfuerzo por su situación laboral y todas las partes se entendieron.

Da la sensación de que la cuerda que le pueda quedar a Iván depende de él. Más de su cabeza que de un físico que por año parece más fino. El club, bajo la nueva propiedad, está apostando y trabajando por la continuidad de ese ADN algecireño tan fundamental que tan bien encarna Iván, quien está teniendo la suerte de recoger en plenitud los muchos reconocimientos y gestos de admiración de la sociedad algecireña.

El centrocampista albirrojo es un símbolo viviente para una afición en crecimiento que tiene camisetas con su silueta (la del one club man), llaveros y hasta posters de goles especiales al que pronto se unirá el más reciente. Y lo mejor de Iván es que un tipo normal y sencillo, una persona que cuando no va vestida de futbolista se para a charlar en la calle como cualquier vecino de barrio.

El algecireño ha sido elegido en el mejor once de la jornada por varias webs especializadas en la categoría y ha sido invitado esta semana al programa Balón de Bronce de Radio Marca que dirige Rafa Maínez.

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