Algeciras CF | Primera RFEF

Álvaro Leiva: aquí hay futbolista

  • El juvenil de 16 años se graduó con honores como titular en la goleada del Clásico

  • "La vida me ha cambiado bastante, pero hay que tener los pies en el suelo", dice

  • El club ha puesto a Tomás como el 'tutor' de la joya del primer equipo 

Álvaro Leiva posa con un balón en el Nuevo Mirador.

Álvaro Leiva posa con un balón en el Nuevo Mirador. / Jorge del Águila

Álvaro Leiva ha nacido para ser futbolista y de los buenos. Ya se puede decir con la boca llena, el algecireño se ha convertido en la gran revelación del Algeciras CF en el arranque de temporada. El canterano, que todavía tiene 16 años, se graduó con honores el pasado domingo como titular en la goleada algecirista en el Municipal de La Línea. En la hora de partido que estuvo sobre el césped, Leiva participó en los dos primeros goles, brilló por la banda izquierda y su nombre fue coreado por la extasiada hinchada albirroja.

El Algeciras tiene una joya con Leiva. El club viene puliendo el diamante desde el pasado curso, cuando el chaval debutó en la ya desaparecida Segunda B. Este verano, el nuevo técnico, Iván Ania, reclutó al prometedor futbolista para la pretemporada y quedó prendado con él. Tanto es así que Leiva ha tenido minutos de calidad en las cuatro primeras jornadas del Algeciras en la Primera RFEF.

Ania trató de dosificar la presencia de Leiva, cuya juventud es físicamente insultante, sin embargo el entrenador asturiano terminó por ceder ante la evidencia del excelente momento que vive el canterano. Ania avisó antes del Clásico que la titularidad de Leiva estaba próxima, pero no era una decisión baladí, sobre todo en un derbi con tanta trascendencia. Ania y Leiva demostraron de qué pasta están hechos en el mejor escenario posible. Uno se atrevió a ponerlo de inicio y el otro se comió el balón sobre el verde.

"No me esperaba jugar. Cuando me dijo el míster que era titular me puse un poco nervioso", confiesa Leiva, que todo el desparpajo lo deja para el campo y fuera es un chaval más de 16 años que se siente abrumado ante la atención que ha generado en la ciudad.

El Algeciras, que ha andado muy listo en este caso, blindó al canterano este verano y ahora ha nombrado a Tomás Sánchez algo así como el tutor de Leiva. Donde va el uno va el otro. Tomás está encantado de guiar al chaval y Leiva vive un sueño aprendiendo de uno de los capitanes.

"La vida me ha cambiado bastante", reconoce el algecireño criado en Getares, que hasta el próximo 28 de diciembre no cumplirá los 17. "Ahora toca seguir trabajando", continua. "La familia me dice que sigue igual, con los pies en el suelo y partido a partido", afirma con cierta timidez.

Nada que ver con el Leiva que ha deslumbrado en los campos de la Primera RFEF: gustó en Barcelona, fue ovacionado ante el Andorra, salvó el honor en Cornellà y en La Línea cuajó una actuación sensacional, robando el balón que dio a Roni para el 0-1 y provocando la jugada del 0-2 marcado por Romero.

"Hemos hecho feliz a la afición"

A Leiva no le pesó lo más mínimo verse ante tíos como carros y delante de miles de aficionados en un Clásico de esa envergadura. "Sabía que tenía que hacerlo lo mejor que pudiera y una vez dentro del campo se me quitan los nervios", explica el algecireño, agradecido "a la afición" por las muestras de cariño recibidas: "Quiero que sepan que nos hicieron sentir como en casa".

El dorsal 30 del Algeciras recuerda del Clásico "la furia" deportiva que sentía, la motivación que había palpado en el vestuario después del varapalo en Cornellà: "Viniendo de una derrota así, el poder meter cuatro goles allí y saber que hemos hecho muy felices a los aficionados es algo que no se va a olvidar", expresa.

Leiva es juvenil pero juega como si llevase muchas batallas encima. Quizás por eso, Ania le echó el ojo rápido. Desde los primeros ensayos de la pretemporada, el técnico vio algo en la promesa: "Cuando me dijeron que iba a hacer la pretemporada me puse muy contento. El míster confío mucho en mí, yo le doy las gracias y que sepa que siempre voy a tener los pies en el suelo", repite. Y si no, ya se encargará Tomás de que su nuevo pupilo aterrice rápido. Eso seguro.

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