Algeciras CF | Playoff de ascenso a Segunda

El Algeciras, el Fénix que resurgió de los infiernos

  • Los albirrojos están a un solo partido de Segunda catorce temporadas después de rozar la desaparición y tocar fondo en Primera Andaluza

  • Los campos de tierra de Bornos o Tharsis forjaron con gente de la casa el espíritu de supervivencia de un club que siempre ha mirado hacia arriba

Desde lo más profundo de los infiernos y tras haber burlado en varias ocasiones la desaparición, el ave Fénix Algeciras vuelve a estar a las puertas del fútbol profesional. En este bendito deporte no abundan los milagros, pero si existe uno puede ser el de este club tan singular, tan especial, capaz de todo incluso cuando parece imposible. Catorce temporadas después de su descenso en cascada de Segunda B a Primera Andaluza, el equipo del Nuevo Mirador está a un solo partido del ascenso a la categoría de plata: la final que disputará ante la Real Sociedad B el próximo sábado en Almendralejo (20:00).

La centenaria historia del Algeciras está trufada de acontecimientos, de gestas gloriosas, de llantos, de estampas en blanco y negro desde los primeros tiempos del ferrocarril, el Calvario o el desaparecido Mirador con su torreta frente a la también desaparecida playa de los Ladrillos. La riqueza que guarda el Algeciras es enorme, pero la montaña rusa de este club en el siglo XXI desborda cualquier memoria con continuos altibajos.

El Algeciras de Salva Ballesta tiene la oportunidad única de emular la leyenda del Algeciras de José Luis Montes, el artífice del último ascenso a Segunda, hace ya 18 años. Desde ese memorable 2003 el club del Nuevo Mirador ha vivido de todo, desde lo mejor hasta lo peor, con un claro punto de inflexión: el verano de 2008.

El Algeciras CF estuvo a punto de morir el verano de 2008. Tras el descenso deportivo a Tercera de la campaña 2007/08, con infinitos problemas sociales y económicos, impagos a los jugadores y una afición muy quemada, la entidad entró en la UVI tras el vil engaño de un tipejo que se hacía llamar empresario. Un innombrable ya para el algecirismo. El club sucumbió a un nuevo descenso, esta vez administrativo, hasta la primera categoría regional, entonces la Primera Andaluza. El 8 de agosto de 2008 la asamblea de socios celebrada en el colegio Salesianos debatió la posible desaparición y refundación, pero la masa se lio la manta a la cabeza y apostó por intentar insuflar vida a la institución.

Armado con gente de la casa y de la comarca, con Diego Pérez Yiyi en el banquilo y una directiva casi de circunstancias, el Algeciras inició su andadura en los infiernos, en plural porque fueron varios: en el recuerdo de la hinchada están los campos de tierra de Bornos o Tharsis, las visitas a Chiclana, Rota, Cortegana o al vecino Tesorillo. Aquel Algeciras logró, no sin sufrimiento, el ascenso por la vía rápida la última jornada en Conil con el gibraltareño George Cabrera como héroe, alzado en hombros con un gorrito rojo inconfundible.

El regreso a Tercera conllevó una transición en la que el Algeciras empeñó cuatro temporadas. Los albirrojos, que llegaron a pelear por la permanencia incluso, fueron dando forma a un equipo consolidado con cantera y, poco a poco, más fichajes foráneos para aspirar a la liguilla. El Algeciras se quedó con la miel en los labios en la campaña 2010/11, con Pablo Sánchez y aquella última derrota en El Puerto que tanto escoció.

Dos temporadas después el club subió la apuesta y de la mano de Manolo Sanlúcar armó un equipo campeón que conquistó el ascenso a lo grande ante el Tropezón en 2013. Uno de los mayores homenajes que el Nuevo Mirador se ha pegado nunca. La magia de Sanlúcar se prolongó en Segunda B con la clasificación para la Copa del Rey ante la Real Sociedad, entonces equipo de Champions, pero el curso acabó con el rocambolesco descenso en la promoción de permanencia ante el Valencia Mestalla.

Y vuelta a empezar. Baldomero Hermoso Mere condujo a un nuevo campeonato en la 14/15 con un Algeciras de récord, el de los 100 puntos. Un equipazo que sudó para coronarse con el ascenso ante la Segoviana.

El descenso la campaña siguiente provocó un cambio estructural en el Algeciras con la llegada de la directiva de Ricardo Alfonso Álvarez y el algecireño David Guti al banquillo. El club se centró más en encauzar toda la deuda y emprendió una labor muy efectiva para tratar de sanear las cuentas. El Algeciras, no obstante, fracasó en dos fases de ascenso consecutivas: en Astorga con Guti y en Ibiza con José Antonio Asián. Fracasó entre comillas, sobre todo ante el todopoderoso Ibiza.

El tercer intento parecía destinado a un nuevo chasco, sin embargo el efecto Emilio Fajardo obró el milagro del playoff de 2019 que acabó con un ascenso impresionante en Socuéllamos. Era el tercer retorno a Segunda B tras el resurgir de 2008 en el salón de actos del Salesianos.

Con el Algeciras en Segunda B luchando por la salvación mediada la temporada, llegó el relevo institucional con Nicolás Andión en la presidencia y poco después en el banquillo, con Salva Ballesta. Y llegó la pandemia del Covid-19 y el paréntesis en el fútbol español.

El primer proyecto desde cero con Andión y Ballesta ha parido al histórico Algeciras de la 20/21 que ha roto todos los pronósticos como campeón de la primera fase, clasificándose para el playoff y ahora estando a un solo partido del ascenso a la categoría de plata. Todavía queda un episodio por escribir. El próximo sábado en Almendralejo muchos de los aficionados que viajarán serán los mismos que en 2008 lloraron en las puertas del Nuevo Mirador lo que parecía una desaparición inevitable. Muchos serán los mismos de ese millar que celebró aquel modesto ascenso en Conil con George en volandas. No hay nada como saber de donde viene uno.

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