El sanroqueño Andrés Villena ha hecho el fichaje de su vida. A sus 26 años se ha enrolado en el Korean Air Jumbos de Corea del Sur, que le garantiza un contrato de 300.000 dólares. En el CV Teruel, con el que logró el título de liga, era el mejor remunerado de la plantilla y apenas se embolsaba 35.000 euros por temporada.

Nada más proclamarse campeón de la Súper Liga el jugador de San Roque se desplazó a Toronto (Canadá) donde participó en el campamento de la Federación de Corea del Sur en el que iban a ser elegidos cuatro extranjeros para los equipos de su Liga. Lo hizo avalado por su reconocimiento como el jugador más valioso en España.

“Fue mi representante quien me dijo que lo intentara; y fui uno más de los cien que escribimos para la prueba. Luego, la Federación de Corea estudió a todos y nos convocó a unos treinta para la cuatro plazas libres que quedaban en sus equipos”, comenta el internacional español, uno de los que lograron esta plaza (un extranjero por equipo) que es como una oposición.

“Tenía esperanzas de salir de Teruel, porque había hecho un buen año en España y en la competición europea, y sospechaba que iba a tener ofertas del extranjero, pero no contaba con la posibilidad de Corea, que es un salto enorme”, asegura en declaraciones al diario As.

“La verdad es que el salario allí es muy importante para un jugador de voleibol, no lo voy a negar”, señala este opuesto, el segundo en la historia de España en lograr un contrato en el país asiático. Guillermo Falasca fue el primero, también en la posición de opuesto: 300.000 dólares de sueldo anual base más incentivos por partido ganado y por puesto en la Liga.

Andrés Villena espera no tener problemas para jugar el Europeo con la Selección en agosto, porque su nuevo equipo, el Incheon, le ha citado para iniciar los entrenamientos el uno de agosto: “El plan de ellos es que preparemos el campeonato durante más de dos meses de pretemporada, porque la Liga en sí misma dura siete. Creo que se podrá arreglar”.

La siguiente asignatura de Villena es adaptarse al idioma. De hecho el club pondrá un interprete a su disposición, porque en su equipo, en el que será el único extranjero, sus compañeros no hablan idiomas occidentales. De momento, el sanroqueño, que habla español e italiano, se va a poner a estudiar inglés.