Rafa Escobar: 99 y....

La que cosechó el pasado sábado sobre el Arroyo fue la victoria nonagésimo novena de Rafa Escobar al frente de la Balona. Noventa y seis de ellas han llegado en Liga regular y de éstas, 58 en Tercera división y 38 en Segunda B. El preparador cordobés acredita un 53 por ciento de triunfos en la seis andaduras que ha iniciado en el banquillo albinegro. De las cinco precedentes en dos no finalizó, pero en las cuatro primeras el conjunto de La Línea acabaría disputando fase de ascenso. El míster ya está a las puertas de un selecto club, un umbral que no logró traspasar ni el mítico Carmelo Cedrún y el que, al menos en la etapa moderna, sólo tiene en su currículum otro ilustre, Gabriel Navarro Baby.

Rafa Escobar desembarcó en La Línea en el verano de 1998. Ángel Serrano le puso al frente de un proyecto cuya principal misión era resucitar a una afición sumida en la indiferencia. Aquella Balona de los Requena, Javi Torres, Raúl Procopio, Camacho, Rafa González, Agustín, Miguel, Pacheco... se convirtió en noticia a nivel nacional por sus números, pero el 25 de abril perdió 1-5 en el Municipal a manos del extinto CD San Fernando, después de haber empezado una peligrosa curva descendente, y la directiva destituyó el técnico. Argimiro Márquez y Baby llevaron el equipo a Segunda B en la inolvidable noche del Hellín.

En la 2004-05 Alfredo Gallardo depositó por primera vez su confianza en el actual preparador balono. El arranque fue incontestable, con dos triunfos a domicilio en apenas un mes (0-5 en Cartaya y 0-8 en Dos Hermanas) que aún están entre las cifras más importantes de la historia de la centenaria Balompédica. En febrero un 3-1 en Lebrija y un balance de sólo 14 triunfos en 28 partidos propiciaron su destitución. Baby ocupó el cargo unas semanas, pero fue Raúl Procopio el que firmó la cuarta plaza y la derrota en la polémica liguilla con el Mérida.

Después de transitar por el desierto Escobar se restituyó en la UD Los Barrios, donde sorteó infinidad de problemas de todo tipo. A pesar de las diferencias que habían existido entre ambos, Alfredo Gallardo le puso de nuevo al frente de su equipo. Esta vez (2010-11) no sólo logró acabar la fase regular, sino que vio como su equipo se proclamaba campeón con antelación, en el Sancho Dávila de Puerto Real, y como le bastaba una eliminatoria para doblegar al Tudelano y vivir su primer ascenso a la categoría de bronce, sacándose una espina que llevaba clavada desde hacía más que una década

La 2011-12 fue la temporada soñada. La Balompédica superó una ronda copera después de casi una veintena de años, se proclamó subcampeona del grupo IV de Segunda B y pasó una eliminatoria en la fase de ascenso a la Liga Adelante, derrotando al Amorebieta en un partido de vuelta imborrable. Tras aquello el CD Tenerife y un árbitro impresentable llamado Aitor Gorostegui se encargaron de frustrar el camino de los linenses hacia la división de plata.

La temporada pasada, a pesar de dirigir al único equipo de la parte alta de la tabla que no sólo no se reforzó, sino que se debilitó (se marcharon Abraham y Ocaña) Escobar llevó a su equipo con vida hasta la última jornada, en la que otros resultados le impidieron repetir en la liguilla, pero no lograr la clasificación para la Copa del Rey.

La victoria sobre el Arroyo del sábado le sitúa a las puertas del centenario. Alcance esa cifra el sábado en Melilla, el miércoles en San Fernando (no dejaría de ser una paradoja) o en el Municipal en la próxima jornada, dará un paso más para ser, como ya sucede de facto, una parte importante de la historia del club linense.

“Por supuesto que me hace ilusión”, admite Rafa Escobar. “Primero es muy difícil estar en un mismo equipo seis temporadas, cuatro de ellas consecutivas y si alcanzo las cien victorias eso quiere decir que he hecho años buenos. Es muy bonito, porque esos números son el reflejo de un trabajo de todos estos años”, expresa.