La Primera RFEF sigue siendo una incógnita pero ya nace con polémica. La nueva categoría de la Real Federación Española de Fútbol para la próxima temporada 2021/22, la antesala a la Segunda A, estaba llamada a ser una división profesional, mucho más que la antigua Segunda B y que la transitoria de esta andadura. Sin embargo, la denominación de "no profesional" realizada por el comité oficial en su última nota de prensa ha reabierto el debate y provocado un aluvión de críticas por parte de futbolistas y equipos que reclaman la máxima profesionalidad en la conocida popularmente como Liga Pro.

La Primera RFEF contará con 40 equipos de toda España. El Algeciras CF es uno de los que ya se ha garantizado una plaza en caso de que no logré clasificarse para el playoff de ascenso a Segunda en el que solo subirán cuatro clubes, y la Real Balompédica Linense está en la lucha por conseguir una de las dos plazas que se pondrán en juego en la segunda fase del grupo IV. Es decir, que el Campo de Gibraltar podría tener a sus dos máximos exponentes el próximo curso en la nueva división.

La reestructuración que pretende llevar a cabo la Federación Española en todos los escalafones de su fútbol, impulsada tras la pandemia de marzo de 2020, partió con la idea firme de crear una nueva división más profesional, una Segunda B Pro, como se llamó cuando la iniciativa tomó fuerza y recibió el apoyo declarado de muchos clubes.

Lo que se dio a entender y lo que muchos clubes persiguen es que esa Pro que se llamará Primera RFEF tengan un funcionamiento lo más cercano posible al sistema de la Liga de Fútbol Profesional que rige Primera y Segunda. La etiqueta de "fútbol no profesional" al que vuelve a recurrir la RFEF hace pensar que todos estos cambios van a desembocar en una nueva división más cercana a la Segunda B que a la Pro.

Ascenderían los dos primeros y habría un playoff del 2º al 5º de cada grupo

Futbolistas, técnicos, equipos, aficionados... el amplio mundo que comprende la Segunda B y la Tercera ya han expresado sus críticas y reclaman que la Primera RFEF reciba el tratamiento más profesional posible en todos los sentidos, ya que de lo contrario entienden que la inclusión de un nuevo peldaño en la competición no profesional solo supondría abrir aún más el abismo que separa a la LFP del resto del fútbol.

De la Primera RFEF apenas se conocen detalles oficiales tras las primeras reuniones del comité oficial. Lo único cierto es que la división englobará a 40 clubes que se dividirán en dos grupos de 20.

El portal Iusport, muy ligado a la Federación, ha filtrado algunos detalles de cómo podría ser la Primera RFEF en su campaña de estreno: habla de una Liga regular de 38 jornadas en las que los dos campeones ascenderían a la Liga SmartBank de forma directa y los 2ª, 3ª, 4ª y 5ª de cada grupo se cruzaríann en un playoff de ascenso para luchar por las otras dos plazas a la división de plata, algo muy similar a lo que sucede fdesde hace unos años con los clubes de Segunda que pelean por dar el salto a Primera.

Los cinco últimos de cada grupo perderían la categoría con el descenso a la Segunda RFEF, en la que se contemplan cinco grupos de 18 equipos cada uno. Mucho más incierto y complejo se antoja el diseño de la Tercera RFEF.

Según Iusport, no hay confirmación de que los dos grupos de la Primera RFEF sean configurados por criterios geográficos y sostiene que no se descarta que sea por sorteo, por coeficiente histórico o incluso por grupos cremallera en los que se prime el coeficiente deportivo.

La Federación explora vías de financiación para la nueva categoría

Este portal explica que la Federación está explorando diferentes vías para encontrar financiación para la nueva categoría, sobre todo a través de los derechos audiovisuales. Lo que sí parece seguro es que habrá un estricto control económico de los clubes participantes, aunque de momento no hay existe la obligación de que se tengan que convertir en Sociedad Anónima Deportiva, un paso que el Algeciras CF ya ha puesto en marcha, como hizo la Balona hace un año.

El objetivo de la RFEF, asegura Iusport, es que en un plazo de dos o tres años la tercera categoría del fútbol español tenga una propia regulación de carácter económico y de infraestructuras que le permita funcionar de la manera más profesional posible. El primer año, no obstante, parece que estará más cerca de una Segunda B tradicional que de una novedosa Pro.