Miki Ortega, rumbo a su sueño

El base linense Miki Ortega, de 21 años, emprende el próximo día 26 viaje a Randers, una población de algo más de sesenta mil habitantes de la región de Jutlandia Central, en Dinamarca, cuyo equipo de baloncesto, el Cimbria, ha decidido contar con sus servicios para su debut en la máxima categoría, la ACB de aquel país, como ayer desveló este periódico. Ortega, que después de dar sus primeros pasos en La Línea completó su formación en la cantera del Unicaja de Málaga, defendió la pasada campaña los intereses del Estela de Santander en la LIga EBA y busca en el extranjero la merecida oportunidad que la delicada situación económica e institucional de basket nacional le ha negado.

El jugador, feliz por haber conseguido abrirse esta puerta en un momento en el que las ofertas escasean, está convencido de que su paso por la competición danesa le servirá de catapulta para desembarcar, dentro de no demasiado tiempo, bien en algún club de la Liga Endesa bien en los conjuntos de campanillas de alguna otra competición europea.

"Es verdad que es una apuesta valiente, pero también es cierto que llevo desde los trece años fuera de casa y que, una vez montado en el avión, lo mismo da una hora y media para ir a Santander, que tres para llegar a Dinamarca y que supongo que a lo largo del año podrán ir mis familiares y yo podré venir en Navidad", comenta el baloncestista, que no puede impedir que se palpe su ilusión por el regreso al profesionalismo de primer nivel.

"Mi primer objetivo es que el equipo gane, lo es siempre, porque soy muy ambicioso, lo que a veces me lleva a ofuscarme, cuando no lo consigo", advierte el linense. "Me gustaría que el equipo llegase muy lejos porque eso quiere decir que el base, que soy yo, les ayuda a dar el salto de calidad".

"No sé lo que va a pasar, ojalá dentro de un año esté jugando la Euroliga con los Randers Cimbria o me vaya a una competición como la italiana o regrese a España para jugar en LEB Oro e incluso en ACB, pero lo que sí es cierto es que hace diez años destacabas en la EBA y en la temporada siguiente estabas en una categoría superior y cobrando el triple, mientras que ahora con la reducción en el número de equipos los clubes apuestas por jugadores más experimentados y a la gente joven como yo le cuesta mucho encontrar un hueco, así que hay que buscarla por otras vías", explica Miki.

El desembarco de Ortega en el baloncesto danés tiene mucho que ver con la figura del esteponero Damián Jiménez, el artífice del ascenso de los Randers Cimbria a la primera división. "Nos une bastante amistad, él les habló a los directivos de mí, empezamos a tomar contacto, vieron vídeos, me preguntaron por mis características y yo les dije que estoy convencido de que estoy capacitado para jugar en esa competición y las cosas han llegado a buen puerto".

Miki Ortega empieza ya casi a preparar su equipaje, en el que lleva tantas dosis de ilusión que no le cabe siquiera la idea de fracasar. La aventura entraña un riesgo, pero a él nunca le dieron miedo los retos.