Mejoría, pero no suficiente para un favorito

España sigue viva y puso un pie en la segunda fase, tras imponerse por 31-36 a Bielorrusia, en un encuentro en el que si bien el equipo nacional volvió a demostrar que todavía se encuentra lejos de su mejor nivel, la buena actuación de Rocas y de los hermanos Entrerríos le permitió ganar.

Pese a la trascendencia del choque, el equipo español volvió a salir igual de impreciso que acabó el partido inaugural ante Hungría. Por fortuna había algunos detalles que hacían presagiar la mejoría de la selección, como la recobrada efectividad del extremo Albert Rocas. Sin embargo, España necesitaba algo más que su acierto para doblegar al correoso conjunto eslavo. El fracaso del 6-0 defensivo español permitía lanzar con comodidad a los bielorrusos, y los fallos en los pases en los lanzamientos y pases posibilitaban correr a los veloces Brouka y Vasilyeu para situar a los eslavos con un preocupante 10-8 en el tanteador. Pero cuando peor pintaba para el equipo nacional, con un jugador menos por la exclusión de Davis, llegó la reacción. Una parada de Sierra a lanzamiento de penalti, y tres goles consecutivos de Ortega, Rocas y Rodríguez situaban a los 22 minutos a España por primera vez por delante (12-14).

El cambio a la defensa 5-1 pareció asentar definitivamente al cuadro español, pero los errores ofensivos impedían a la selección acabar de romper el duelo. La tranquilidad ofensiva llegó con la dirección del juego por parte del Raúl Entrerríos, que con sus movimientos y penetraciones encontró los huecos necesarios para distanciar al equipo español. Así hasta llegar a una renta de siete goles (21-28) que ya le permitió vivir con cierta comodidad hasta el final del encuentro.

Hoy, duelo trascendetal ante la selección de Alemania (16:30).