Kanaeva vuelve a ser la más grande
La rusa reluce en el concurso individual y revalida el oro que logró en Pekín · Dmitriyeva fue plata y Charkashyna, bronce
La rusa Evgeniya Kanaeva conquistó su segundo título olímpico consecutivo, sumándolo a su extenso palmarés tras ganar el concurso completo de gimnasia rítmica, en una final que dominó de principio a fin.
Kanaeva, que ya se colgó el oro en Pekín 2008, es la primera gimnasta que hila dos victorias olímpicas consecutivas desde que esta disciplina entró en los Juegos, en Los Ángeles 1984. La rusa sumó 116,90 puntos, por 114,50 de su compañera Daria Dmitrieva, que se hizo con la plata, y 111,70 de la bielorrusa Liubou Charkashyna, ganadora del bronce en dura competencia con la azerbaiyana Aliya Garayeva (111,57), la única superviviente de la final de Pekín 2008 junto con Kanaeva.
Fue el único misterio de la final, porque la lucha por el oro se decantó de primeras por Kanaeva, tres veces consecutivas campeona del mundo.
Con notas de 29,35 en aro; 29,20 en pelota; 29,45 en mazas y 28,90 en cinta se aseguró la victoria. Superó con seguridad el elemento en el que falló el viernes en el aro, estuvo excelente con la pelota y casi perfecta con la mazas, el ejercicio en el que mejor muestra su expresividad.
Con la cinta fue incapaz de repetir el espléndido ejercicio de la ronda de clasificación y sufrió dos pequeños contratiempos (la varilla le rebotó en el hombro antes de caerle en la mano y la cinta se le trabó en una oreja) que le dieron su única nota por debajo de los 29 puntos. Pero, en todo caso, el margen ya era insalvable para Dmitrieva a falta del último ejercicio de ésta. Fue la cinta la única modalidad en la que Dmitrieva, de 19 años y que garantiza la continuidad de la escuela rusa, quedó por delante de su compañera.
El bronce que parecía tener en la mano la azerbaiyana Garayeva se lo quitó con una sentida interpretación con la cinta la bielorrusa Charkashyna, que terminó su ejercicio llorando, consciente de que podía llevarla al podio. La que lloró luego fue Garayeva, cuando se vio fuera de las medallas.
Pese a obtener el bronce, la bielorrusa tuvo una gran irregularidad, que fue la que le lastró el no poder alcanzar un metal de superior calibre. Charkashyna realizó su mejor actuación con el aro, que le sirvió para conseguir la tercera mejor puntuación por detrás de las dos rusas. Sin embargo, fue cuarta en la pelota, sexta en las mazas y quinta con la cinta.
Los Juegos han servido para descubrir a nuevos valores de futuro, como la surcoreana Yeon Jae Son, de sólo 18 años, que terminó quinta con una puntuación nada desdeñable de 111,47. Seguro que dentro de cuatro años en Brasil, esta surcoreana apuntará a las medallas. No obstante, Kanaeva seguirá siendo joven. En Río 2016, la supercampeona rusa tendrá 26 años.
La supremacía rusa sigue siendo abrumadora, pues han ganado todos los oros olímpicos en gimnasia rítmica desde Sidney 2000, tanto en individual como en conjuntos, disciplina cuya final se disputará hoy en los Juegos de Londres.
"La gimnasia ha sido parte de mi vida desde que tenía seis años. Desde entonces la practico cada día, ocho horas al día. Fue un duro esfuerzo, lo hice muy bien y estoy muy contenta de haber ganado", comentó Kanaeva.
Por su parte, la medalla de bronce Charkashyna también se mostró eufórica: "Estoy muy, muy feliz por mi país, mi entrenador y la gimnasia rítmica en Bielorrusia. Creo que es un premio a mi duro trabajo". "No creo que esta medalla sea mía, es de todo mi país", concluyó la bielorrusa.
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