"Jugar contra tu equipo no es fácil"

José Antonio Asián Cardo. Coriano de nacimiento, algecireño de corazón y algecirista por devoción. Es la única persona que ha ascendido a Segunda A con el conjunto albirrojo como jugador y después como entrenador. Primero en el campo y después en el banquillo defendió al equipo algecireño en Regional Preferente, Tercera, Segunda B y A. Llegó procedente del Sevilla a finales de los setenta y se quedó durante 26 años. Menos cortar el césped ha sido de todo en el Algeciras. El domingo vuelve, al frente del Alcalá, líder del grupo X de Tercera división.

-No debe ser muy normal llegar a un campo de fútbol como visitante y poder repasar tu trayectoria a través de las fotografías de las paredes.

-Al nivel que nosotros nos movemos desde luego es difícil. No todo el mundo puede tener ese orgullo. Algeciras no es el sitio donde he echado los dientes porque ya los llevaba, igual que la nariz, pero casi. Profesionalmente y humanamente es donde me he formado y donde me he sentido realizado.

-Se le puede ver en la plantilla que subió con Baby en 1983 y junto a Montes en 2003.

-He tenido la suerte de vivir algunos de los momentos más importantes de la historia del club, primero como futbolista y luego como entrenador. Son situaciones que se te quedan grabadas y no se borran con el paso del tiempo, al contrario, cada año que pasa tienes más añoranza, más recuerdos, y te alegras más de haber vivido aquello.

-Se sabe qué significa Asián para el Algeciras, pero ¿qué significa Algeciras para Asián?

-Me lo ha dado todo. Cuando llegué era un proyecto de persona y los mejores años de mi vida los pasé allí. Mis hijos son especiales, con eso está dicho todo. Veintiséis años son media vida y hay tantas cosas que le tengo que agradecer a esa tierra que no tengo palabras, sólo que estoy orgulloso de llevarla en el corazón.

-¿Se ha arrepentido alguna vez de haberse ido?

-La historia de marcharme fue fruto de un cúmulo de circunstancias que tuve que sopesar y que no me dejaron otra opción. Tenía a los niños estudiando en Sevilla, la posibilidad de trabajar allí... y bueno, en esas estamos. Pero esto no es definitivo, ni mucho menos, aunque hayan pasado ya cinco años. Ahora tengo a dos licenciados y la otra trabajando, lo que quiere decir que una de las premisas por las que me fui ya se ha cumplido. Hay que ser lo suficientemente inteligente para saber que la vida da muchas vueltas y puedo volver a cambiar en cualquier momento.

-Vamos, que está pensando en volver.

-Mi plaza en el Patronato no me la quita ni Dios (risas). Yo todos los veranos vuelvo para allá y los niños están allí siempre que pueden. Mi familia está muy vinculada a esa tierra y eso no se puede perder.

-...Y en mayo el Algeciras vuelve a Tercera y usted piensa: tengo que jugar allí.

-Para mí es un cruce de sensaciones. Por un lado es bueno, porque volver es reencontrarme con mis amigos, con la gente que quiero. Pero por el otro no es agradable, porque jugar contra tu equipo es emocionalmente muy complicado. El domingo pase lo que pase saldré cabreado. Es una guerra de sentimientos. Si gano por un lado pierdo por otro. Yo estoy ahora en el Alcalá, pero insisto en que veintiséis años no se pueden olvidar así como así. Me siento muy arraigado a esos colores y eso no hay quien me lo quite, aunque tenga que defender profesionalmente otros.

-El secreto del éxito del Alcalá hay que buscarlo quizás hace dos veranos.

-La clave la pasada temporada fue rodearnos de una serie de jugadores que en aquel momento quedaron desperdigados por la geografía, gente que no tenía equipo y que se vinieron con nosotros y funcionaron juntos. Nuestro trabajo fue conhesionar a unos futbolistas que llegaron de rebote y que acabaron cuartos y jugaron dos eliminatorias de ascenso. Aquello a nivel personal nos llegó bastante. Esta campaña, sobre esa base, hemos tenido la fortuna de incorporar a jugadores de la cantera que están dando un nivel excelente a los entrenamientos y otros jugadores que se han adaptado muy bien. Son futbolistas en los que tenemos mucha confianza. A tres de ellos los echó el Coria (Mustafá, Jairo y Johny), a otros tres el Mairena (Gonzalo, Moreno y Marcos) a otro lo cogimos de Primera Andaluza (Winde). Hemos apostado por ellos y nos ha salido perfecto.

-Si pudiera pedir a uno en Reyes ¿qué jugador del Algeciras se llevaría?

-En el Algeciras hay buenos jugadores, de hecho nosotros en su momento quisimos a algunos, lo que pasa es que económicamente se salían de nuestras posibilidades. Por ejemplo, a Chapi e Iván Guerrero los tanteamos para intentar traérnoslos y no pudimos. Hay otros jugadores que a mí me gustan, los conozco a muchos desde que eran chicos y sé la capacidad que tienen. Osea, a Javi Chico lo tengo en la cabeza cuando estaba en el Elcano, a Marcelino lo tuve cuando era un chinorri en la Escuela de Los Barrios, a Félix ídem de lo mismo. Ya no hablamos de niños como Ismael, que lo he seguido desde pequeñito porque la fuerza y la actitud que siempre tenía llamaban la atención. Luego han salido otros que los conozco un poquito menos, como Ángel, pero vamos que si se parece a su padre por fuerza tiene que ser buen futbolista. Así puedo seguir hablando toda la tarde.

-Y si son tan buenos ¿por qué han empezado tan mal?

-Pues porque han tenido mala suerte con las bajas. No se ha podido contar desde un principio con la mayoría de los refuerzos. Si empezamos a analizar las dificultades que ha tenido Yiyi desde el principio nos damos cuenta de todos los handicap que tuvo. Si tú quieres darle calidad a la plantilla y resulta que el trabajo grande que hicieron Pepe Escudero y Santiago Mejías es para nada porque no se puede contar con los jugadores, no se puede hacer nada. En el momento que empezaran a jugar los Víctor García, los Dani Venegas, los Chapi, con un Alexis de la Paz que es uno de los mejores de Tercera división, está claro que el equipo tenía que pegar un salto importante.